
La presencia de Rogelio Funes Mori en el Tricolor es un escándalo, pese a que en 2013 compartieron vestidor tres jugadores nacidos en Argentina como Christian Giménez, Lucas Lobos y Damián Álvarez.
Esa fue la solución de Víctor Manuel Vucetich para tratar de rescatar a un equipo que iba en caída libre y que cerraría la clasificatoria rumbo al Mundial de Brasil con dos partidos cruciales: contra Panamá en el Estadio Azteca y frente a Costa Rica en San José.
“Nos jugamos algo más que la carrera, que el futbol, es orgullo y ojalá lo podamos sacar para clasificar al Mundial”, dijo el “Chaco” previo a esos juegos y ya con tres partidos de preparación con la playera verde: contra Costa de Marfil, Honduras y Estados Unidos.
Precisamente fue Giménez el último naturalizado en jugar con la Selección Mexicana, en aquel partido en San José, el del increíble oso de Javier Hernández al fallar sin portero, el de la épica narración de Christian Martinoli tras la derrota por marcador de 2-1, el del milagro, porque de manera simultánea el estadounidense Graham Zusi empataba el juego contra los panameños y ponía al Tricolor en el Repechaje frente a Nueva Zelanda.
Antes de ese episodio, poco se cuestionaba la decisión de Vucetich de convocar a tantos naturalizados. El agua le llegaba al cuello a México y cualquier opción tenía el visto bueno de los usuales críticos.
El “Chaco” celebraba el regreso de Damián Álvarez al Tri, con quien además presumía un reciente compadrazgo. Giménez fue padrino de bautizo de Benjamín, hijo de la “Chilindrina”.
Álvarez debutó con México en 2012, en la era de José Manuel de la Torre, en un juego contra Colombia. Vuce lo convocó nuevamente y le dio minutos en el amistoso frente a Costa de Marfil, pero no lo usó en los encuentros frente a panameños y costarricenses.
El Tri era un cuadro con varios grupos en el vestidor. A los naturalizados no les quedó de otra que formar el suyo. Ambos futbolistas también convivían con Lucas Lobos, un volante técnico, de buen manejo de pelota y eficaz en los dribles, tanto que en el primero de ellos se desmarcó de las expectativas.
“No soy el salvador. Vengo a aportar lo mejor de mí, me tengo mucha confianza”, mencionó. Lo cierto es que no participó en ninguno de los encuentros con los que el Tricolor cerró la Eliminatoria mundialista.
Casi ocho años han transcurrido de la última vez en la que un naturalizado vistió la playera de la Selección Mexicana. Rogelio Funes Mori se perfila para debutar este sábado contra Nigeria, en el último juego de preparación previo a la Copa Oro.