Este 5 de julio se conmemoraron 11 Años de lo que hoy pueden decir los sabinenses fue una amarga experiencia, el paso del huracán «Alex», que provocó inundaciones y pérdidas materiales, pero saco la fortaleza y solidaridad de quien vivió en carne propia el paso de este fenómeno natural.
Todo inició un 3 de julio, dos días antes ya se anunciaba una posible inundación, la Región Carbonífera quedó aislada después de que el Río Álamos, se desbordó y cientos de residentes en la ciudad de Nueva Rosita y Sabinas fueron evacuados; en el último caso, el Río Sabinas inundó unos 500 hogares para ir bajo el agua.
Algunos puentes sobre la Carretera Federal 57 estaban cubiertos de agua.
Ese día el huracán “Alex” dejaba sentir su primera fuerza en la Región Carbonífera, con fuertes precipitaciones y aumento en el cauce del Río Sabinas, 2 días después, ocurre la “la creciente del 10” la cual el agua estaría alcanzando su nivel máximo dejando a gran parte de la ciudad bajo el agua.
En el 2010 la presidencia municipal de Sabinas, la ocupaba Jesús María Montemayor Garza, quien reportaba el desalojo de 3 mil personas, que fueron sacados de sus domicilios para ser llevados a refugios temporales, ya que el río del mismo nombre creció hasta alcanzar una anchura de 300 metros en algunos tramos.
Por su parte el alcalde municipal de San Juan de Sabinas Antonio Nerio Maltos informaba que al menos 350 viviendas yacían bajo el agua y 500 familias fueron instaladas en albergues tras el desbordamiento del Río Álamos.
Fue una noche larga, de mucha angustia, la lluvia no dejaba de caer, la zozobra de quienes perdían sus cosas y algunos otros sus viviendas, pero el sol salió y muy pronto la ayuda llegó a las cientos de familias damnificadas.
Las autoridades de Gobierno del Estado, a cargo de Humberto Moreira Valdez, el presidente de la República, Felipe Calderón a través del Ejército Mexicano aplicaron el plan DNIII.
Cientos de familias –literalmente- de la noche a la mañana lo habían perdido todo, después de días pudieron regresar a sus casas y la realidad era otra.
La solidaridad y unidad de los sabinenses fue su fortaleza, las cuadrillas de limpieza por parte del Ayuntamiento de Sabinas salieron a las calles para ayudar al que así lo necesitaba.
Sin embargo, había un grave problema la comunicación sobre la Carretera Federal 57 estaba obstaculizada, toda vez que el puente «Los Gemelos» presentaba importantes daños estructurales lo que impedía la llegada de la ayuda enviada por los gobiernos estatal y federal a los miles de damnificados quienes tuvieron que hacer uso del ferrocarril.
Lo que también es cierto es que el crecimiento del nivel de los arroyos impedía el paso a algunos sectores de la ciudad, colonias como los Montes, Vista Hermosa y demás sectores quedaron incomunicados.
Iglesias de diferentes partes del mundo, Clubes sociales y diferentes organismos No gubernamentales empezaron a enviar la ayuda.
Otro de los sectores afectados fueron los negocios establecidos en el primer cuadro de la ciudad, la mercancía flotaba sobre las aguas y aunque se escuchara raro, también había roperos y refrigeradores que llevaba la fuerte corriente.
Las familias salieron de sus viviendas sólo con la ropa que llevaban puesta, en ese momento personal de Protección Civil empezó el rescate de familias que se encontraban en los techos, quienes a gritos pedían la ayuda, algunas otras personas lograron salvar sus vidas gracias a la solidaridad de sus vecinos, quienes aún con el agua en las rodillas salían con ellos en brazo.