
No fue el desenlace que Naomi Osaka -y sus incontables admiradores en Japón y el mundo- vislumbraba.
El inicio de los Juegos Olímpicos, sin embargo, quedará siempre como un recuerdo luminoso para la súper estrella del tenis.
Osaka se encargó de prender el pebetero olímpico durante la ceremonia de apertura la semana pasada, algo que describió como “el máximo honor y logro deportivo que tendré jamás en mi vida”.
Quizás eso permita a Osaka mitigar la amargura por su inesperada derrota el martes por 6-1, 6-4 ante la checa Marketa Vondrousova en la tercera ronda del torneo olímpico de tenis.
Pero el golpe estaba a flor de piel.
“Todas las derrotas me decepcionan, pero ésta duele más que las otras”, dijo Osaka.
Como cuatro veces campeona de Grand Slam, la mujer mejor pagada del deporte y la figura más emblemática del país de los Juegos, las expectativas eran inmensas.
“Sentía mucha presión por esto”, dijo Osaka. “Creo que quizás porque nunca había estado en unos Juegos Olímpicos. Demasiada (presión) para ser los primeros”.
Osaka, quien nació en Japón y creció en Estados Unidos, tuvo un día difícil al fallar demasiado con sus devoluciones.
“Es muy duro para ella competir en Japón y en los Juegos Olímpicos”, dijo Vondrousova, 42 del ranking. “Demasiada presión, no puedo imaginarla”.
Osaka se anotó dos victorias en sets corridos al comenzar su recorrido en el torneo. Fue el primero que disputó tras tomarse una pausa de dos meses para atender su salud mental.
Pero la segunda cabeza de serie se encontró con condiciones muy diferentes el martes, con el techo del Coliseo Ariake cerrado por la lluvia.
Osaka charló con los reporteros tras sus primeros dos partidos. Ello se dio tras anunciar en mayo que no comparecería ante los medios durante el Abierto de Francia, al advertir que esas interacciones le generaban dudas.
Luego, tras sortear con victoria la primera ronda en París, Osaka se saltó la rueda de prensa que es obligatoria.
Recibió una multa de 15 mil dólares -y sorpresivamente- una reprimenda de los responsables de los torneos de Grand Slam, que dijeron que podría ser suspendida si seguir esquivando a la prensa.
Al día siguiente, Osaka se marchó de Roland Garros para tomarse un descanso mental y reveló que había padecido depresión.
Tampoco compitió en Wimbledon, así que los Juegos de Tokio representaban su retorno a los torneos.
“He tenido periodos largos de inactividad en el pasado y había logrado rendir bien”, dijo Osaka, quien inicialmente no formuló declaraciones tras la derrota, pero luego volvió para hablar con un pequeño grupo de periodistas. “No estoy diciendo que hice algo malo ahora, pero tengo claro que tenía mayores expectativas”.