La helada de febrero de este año en los estados del norte del país, más la sequía a nivel nacional, llevaban devastadas, al cierre de junio pasado, 361 mil 435 hectáreas de siembras, 4.2 veces más que las siniestradas al cierre del mismo mes del 2020, revelan cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Los datos ubican a Nuevo León como la tercera entidad con mayor superficie dañada en el País, con 6 mil 641 hectáreas, y como la segunda con mayor afectación respecto a su superficie sembrada, con un 22.6 por ciento.
Aunque la superficie total siniestrada a nivel nacional al cierre de junio pasado representa el 4.3 por ciento de las 8.4 millones de hectáreas sembradas, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) prendió la alerta sobre ese deterioro dado el bajo nivel que venía presentándose en años recientes.
Las cifras corresponden al año agrícola que abarca los ciclos otoño-invierno 2020/2021 y primavera-verano 2021, con corte al 30 de junio del año en curso.
Hacia atrás, los reportes de la Sader revelan que al 30 de junio de 2020, 2019 y 2018, el porcentaje de hectáreas siniestradas fue del 1.1, 0.6 y 0.5 por ciento, respectivamente.
Francisco Chapa Góngora, tesorero del CNA, refirió que la situación para el campo mexicano sigue siendo preocupante por la sequía, no obstante las lluvias de las últimas semanas en varios estados.
«Es preocupante las miles de hectáreas que se dejaron de sembrar por el problema de la sequía y también es preocupante la superficie que se siniestró, primero por las heladas que hubo en el norte del País y luego por la sequía, y eso que apenas estamos entrando en la canícula.
«Si en menos de un mes no se recargan bien las presas con las que se riegan, por ejemplo, los grandes valles del noroeste mexicano que existen en Sonora y Sinaloa, eso va a obligar a que se siembre menos y reducirá los rendimientos de producción por hectárea.
«Eso traería grandes afectaciones en la producción nacional de alimentos que además traería enormes problemas para las exportaciones hortícolas mexicanas».
Las cifras de la Sader revelan que al cierre del primer semestre del 2021 algunos estados presentaron bajas importantes en superficie sembrada respecto a la cultivada hace un año.
Entre ellos está Nuevo León, con 49 por ciento menos; Nayarit, con 24 por ciento; Coahuila, con 21 por ciento, y Michoacán, con 12 por ciento.
«Esto es consecuencia de la sequía», sostuvo Chapa Góngora.
Frente a todo esto, el panorama luce complicado pues, al cierre de junio las presas de uso agrícola en México estaban, en promedio, a un 21.8 por ciento de su capacidad, de acuerdo con cifras de la Conagua.
Además, la disponibilidad de agua de ese entonces en las presas de uso agrícola fue 57.2 menor a la registrado de la misma fecha del 2020.
«Esta situación ha provocado la reducción de superficie sembrada en los ciclos otoño-invierno y en primavera-verano, y en consecuencia puede repercutir en menor producción», añadió el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
LLUVIAS NO BENEFICIAN AL CAMPO ACTUALMENTE
El líder de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, José Luis López, indicó en días pasados que el tema de las lluvias actuales, no beneficia al campo debido a los tiempos en los que se están presentando estas, pues hoy en día es tiempo de cosechar y debido a la falta de apoyos a este sector por parte del gobierno federal, no es posible en muchos de los casos.
De igual manera, señaló que la mala condición de las represas hace que la lluvia no pueda servir para riego en días futuros, debido a la falta de desazolve en ellas, asegurando que, si estas se encontraran en buen estado, servirían para un largo tiempo en el campo.