Por: Daniel Muñoz
Habitantes de las calles Matamoros en sus colindancias con Ocampo y Padre Larios, lanzaron una enérgica protesta a las autoridades de los tres niveles debido a que se autorizó la operación de un antro de vicio, escenario común de acciones reñidas a la ley y a la moral.
Demandaron que el antro sea cerrado o reubicado.
Los habitantes indicaron que de manera oficial no se les tomó en cuenta a ellos como vecinos para autorizar la apertura de El Club, ubicado en la Calle Matamoros, a espaldas de la Calle Bravo y entre Ocampo y Padre Larios.
A decir de los afectados con la operación de este antro, a todas luces se exhibe un influyentismo descarado, ya que el tugurio inició operaciones sin que se les haya tomado en cuenta a ellos, que ahora padecen estas molestias.
En el sector mencionado habitan familias que por décadas han tenido sus viviendas sin que se les afectara en su manera de vivir en el día a día.
“De repente se inició el escándalo, ya va para más de un mes y ante as quejas frecuentes, las autoridades policiacas han intervenido, pero se les clausura unas horas y vuelven a operar” indicaron ante LA PRENSA DE COAHUILA.
Señalaron que son constantes escándalos, malas escenas, ruidos, riñas y con su llegada “se nos cambió el modo de vivir, ya tenemos que modificar nuestras actividades, salir antes que lleguen los clientes y las mujeres que ahí laboran” indicaron.
Para los habitantes de dicho sector, ninguna autoridad ha querido hacerse cargo de tomar el problema y anteponer el bien común en este asunto.
Los vecinos indicaron que no se les tomó en cuenta para saber si ellos como afectados estarían dando su permios de operación.
El Club está operando en donde antes funcionaba Club ToTón, que era manejado por gente allegada a las secciones mineras.
“Pero estos no daban problemas, eran trabajadores, no había escándalos, no había mujeres, no había ruidos excesivos” mencionaron.
Los vecinos demandaron una respuesta de las autoridades ya que el tugurio es altamente lesivo para ellos en su vida cotidiana.