
La creciente del Río Monclova incomodó a los patos que tenían su hábitat establecido en dicho afluente desde hace varios meses.
Se refugiaron en banquetas aledañas mientras bajaba el cauce.
Ningún pato resultó con lesiones durante la tormenta, solamente se dispersaron por protección y se espera que regresen a su espacio a partir de hoy.