Firmar contratos de manera periódica, cambiar de patrón constantemente, nunca recibir utilidades y cotizar con el salario mínimo ante el IMSS, quedaron atrás para al menos 2.5 millones de trabajadores que laboraban por outsourcing.
Es el caso de María P., quien ha trabajado durante 15 años para un medio de comunicación.
Cada año firmaba un nuevo contrato, pero a raíz de las discusiones sobre la reforma en materia de subcontratación, en diciembre del 2020, su empresa empezó a hacer cambios en la plantilla laboral.
“Nos contrataron de manera directa desde diciembre, cuando se supo de la reforma. Las prestaciones no cambiaron, ni la antigüedad. Hasta donde sabemos, ya empezamos a estar contratados directamente por la empresa y apenas nos pidieron todos los documentos para cambiarnos a una nómina nueva”, relató.
Sin embargo, la compañía aún no corrige su salario en el IMSS y sigue cotizando con el mínimo, lo cual afecta en su ahorro para el retiro y las cuotas al Infonavit.
El IMSS destacó que aunque más de 2.5 millones de trabajadores han sido reconocidos por las empresas de manera directa, se considera que hay en total 4.6 millones de personas en este régimen.
Pero los ya reconocidos, según el Instituto, les ha permitido que el salario base de cotización se incremente 12 por ciento, al pasar de 472 a 529 pesos.
Para facilitar el cambio de los casi 2 millones que faltan, el IMSS habilitó un esquema simplificado que reduce a más de la mitad el número de requisitos para cumplir con esta obligación.
Ahora, se permite cumplir con las disposiciones de la reforma de manera digital, a través del escritorio virtual del Instituto o de manera presencial en sus subdelegaciones.
El IMSS informó que de los 2.5 millones de trabajadores migrados se ha identificado a 1.9 millones que tuvieron un incremento salarial mayor o igual al 10 por ciento; 27 por ciento tuvo una alza de 10 por ciento, y 0.1 por ciento permanecieron igual.
Sin embargo, 23 por ciento recibieron un salario inferior, hecho que revisará el Instituto.
Por lo pronto, las empresas ya comenzaron a reportar movimientos de su personal.
Walmart admitió que sus gastos crecieron 10.8 por ciento en el segundo trimestre del año, en parte debido a ciertos cambios para adoptar las reformas a la Ley Federal del Trabajo y otras leyes fiscales y de seguridad social.
BBVA reconoció a 37 mil empleados que se encontraban por outsourcing e insourcing tras la reforma.
Manuel Fuentes, abogado laboral, consideró que una buena parte de las empresas de outsourcing eran de ‘papel’ porque carecían de capital e inmuebles que pudieran soportar las obligaciones con los trabajadores.
Un ejemplo de lo que ha ocurrido lo cuenta Enrique, quien ha estado trabajando en esta institución financiera por 23 años en el área de sistemas. Reconoció que tiene prestaciones de ley, pero sólo en dos ocasiones recibió utilidades.
Ha estado contratado por distintas razones sociales durante su trayectoria, pero con los cambios a la ley está en proceso de traslado a la nómina de BBVA.
“A partir del 1 de julio ya estamos en nómina Bancomer (BBVA). En todo este tiempo me dieron utilidades como uno o dos años, pero ahora sí nos toca porque ya somos empleados. Hemos visto que México representa más de 30 por ciento de los ingresos del grupo BBVA a nivel mundial, entonces imagina las utilidades que genera”, comentó.
“Era común que estuvieran cambiando cada seis meses de razón social y esto traía como consecuencia que hubiera un tema de sustituciones patronales que afectara sus derechos. Normalmente este tipo de empresas, al carecer de un domicilio real, cuando se daba algún pleito era muy difícil poderlas encontrar”, comentó.
Añadió que una práctica común es que los trabajadores eran dados de baja del IMSS sin que ellos se dieran cuenta. Después los volvían a dar de alta, pero les quitaban el beneficio posteriormente para generar ahorros para las empresas.
Fuentes comentó que el trabajador tenía la información de un documento en donde había sido contratado, pero era diferente al lugar donde desempeñaba su trabajo. De tal forma que cuando existía una demanda laboral, la empresa decía que no era ella la subcontratista sino beneficiaria y no había un tema de responsabilidad solidaria.
“Siempre fue uno de los problemas el domicilio donde se pudiera ubicar la empresa, y cuando se ubicaba, había sólo una computadora y un escritorio que ni siquiera era propiedad de la empresa y había una constante impunidad”, relató el abogado.
Manifestó que los sectores en donde se empezaron a dar los cambios y a reconocer a los empleados subcontratados es en el ramo hospitalario, empresas de alimentos, hotelero y financiero, entre otros.
