Plata en lanzamiento de jabalina, pero oro en corazón.
La deportista de Polonia, Maria Andrejczyk, subastó la presea de segundo lugar que obtuvo en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con el objetivo de reunir dinero para el trasplante de corazón que necesita un niño.
Andrejczyk explicó en sus redes sociales que vio la recaudación para Miloszek Malysa, de sólo ocho meses de edad, quien sufre de una enfermedad de corazón.
«No pasé mucho tiempo pensándolo, fue la primera recaudación que vi y supe que era la correcta», indicó.
La familia del bebé comenzó la recaudación porque necesitaban unos 383 mil dólares para poder hacer la operación en California, Estados Unidos. Ya con la mitad del dinero recaudado, la deportista decidió ayudar a buscar el resto.
Zabka, una cadena de supermercados de Polonia, ganó la subasta de la presea con 125 mil dólares, pero decidieron regresársela.
«Nos conmovió el noble gesto de nuestra olímpica, por eso decidimos apoyar la recolección de fondos para Miloszek y también decidimos que la medalla de plata de Tokio permanezca con la Señorita Maria, que demostró lo grande que es», declaró la empresa a través de un comunicado.
La polaca, que en Río 2016 se quedó a dos centímetros del bronce, sabe lo que es batallar con las enfermedades. En 2017 no pudo competir por una lesión de hombro que requirió cirugía y luego le fue detectado un tipo de cáncer en los huesos en 2018.
Nunca se rindió y logró el regreso con podio olímpico incluido.