
Especial
Alonso Ancira Elizondo asestará dos certeros golpes, uno de ellos de corte político a Andrés Manuel López Obrador, el otro financiero al buscar nuevas sociedades en condiciones a su favor.
El periodista Darío Celis, hace un importante análisis en su columna La Cuarta Transformación en la edición de este día, por la experiencia del comunicador en el tema financiero y en respeto a su labor profesional que deriva en gran interés para nuestros lectores se transcribe parte de su labor, con el crédito a su autoría:
ALONSO ANCIRA PRETENDE asestar dos golpes simultáneos: uno político a Andrés Manuel López Obrador, y otro financiero y de negocios a su favor.
El empresario ya desconoció el acuerdo que pactó con el consejero jurídico Julio Scherer, con sus abogados encabezados por Juan Araujo y con su socio histórico Julio Villarreal.
Con el blindaje que le da la ciudadanía estadounidense, y seguramente con el respaldo de avezados bufetes de abogados, invoca la extorsión de la 4T para no pagar los 216 millones de dólares que prometió.
Si en cinco días no honra el compromiso que adoptó con Pemex, que dirige Octavio Romero, la Fiscalía General de la República que encabeza Alejandro Gertz Manero le reactivará la orden de aprehensión.
Va a estar complicado que el gobierno de López Obrador logre extraditarlo por la ciudadanía estadounidense que posee. El industrial podría argumentar, como Ricardo Anaya, persecución política.
El hombre de negocios se retractó de vender su empresa porque considera que ya vale mucho más de cuando pactó desinvertir él y su familia el 55 por ciento que poseen del Grupo Acerero del Norte (GAN).
La controladora tiene 60 por ciento de AHMSA, de los cuales la familia Ancira posee aproximadamente 33 por ciento y en lo personal Alonso 15 por ciento. El empresario quiere seguir mandando con esa participación.
Xavier Autrey, su socio eterno, es el accionista individual más grande de AHMSA con cerca de 27 por ciento, pero no controla. Los fondos acreedores alrededor de otro 17 por ciento y el resto está en bolsa.
Desde el exilio y enfrentado con la 4T, Ancira ya busca la venta de AHMSA. Hace unos días Ternium le lanzó una oferta de compra de activos. Los coreanos de Posco, pacientes interesados, también al acecho.
Sin embargo no va a ser fácil, pues la compañía de Monclova arrastra pasivos fiscales vencidos por unos 250 millones de dólares, más otros 800 millones de dólares en créditos, de los que 400 millones están vencidos.
¿Por qué quiere vender? Porque el valor de AHMSA prácticamente se triplicó ya: la lámina caliente trepó de unos 600 a mil 800 dólares la tonelada. Pero el hándicap es que no alcanza aún la escala de producción.
AHMSA está produciendo cerca de 140 mil toneladas al mes, contra 300 mil toneladas de hace tres años. Para convertirla en una máquina de dinero requiere una fortísima capitalización.
Eso es lo que busca precisamente Alonso Ancira, pero sin bajarse del caballo. En realidad, nunca se quiso bajar. Se burló del gobierno de la 4T.