
En la autopista y la carretera libre a Cuernavaca, la velocidad se combina con el narcomenudeo y la venta de productos robados.
Un asiduo al automovilismo que prefiere mantener el anonimato asegura que, tras el accidente que cobró seis vidas el 15 de agosto, la ruta jaló reflectores, pero que en realidad las actividades ilícitas son toleradas desde hace años.
Como él, varios aficionados al motociclismo dejaron de ir al notar un aumento en el riesgo.
Narcomenudistas acuden en moto al punto de reunión, en Tres Marías; ya los identifican y les compran mariguana, cocaína y otro tipo de drogas, señaló.
“No es nada nuevo, en realidad es algo que es muy común, creo que últimamente por el acceso a redes sociales se magnifica, es algo que viene sucediendo hace muchos años.
“Es un pueblo sin ley, esto hace que por lo mismo se concentre más la delincuencia en estos lugares, porque saben que son intocables, que no hay un control en esa zona”, agregó.
Hace unos años encontró en uno de los puestos productos que le habían robado de su tienda de equipo de motociclismo, muy por debajo del precio comercial.
Reconoció los objetos porque se trataba de un pedido especial.