Por LILIA DE LA FUENTE
“Soy feliz, feliz”
Soy feliz, feliz, feliz…
por todo lo que me dio,
la vida…
con la luz que ilumina
a mi mente “la razón”
las experiencias, me han
sublimizado,
y han colmado de energía
mi corazón.
Feliz, feliz, feliz estoy
en el ocaso de mi vida,
que presiento está cerca.
Con mi alma enriquecida,
¡Feliz estoy!
Feliz con los retoños…
Con mis antepasados;
Feliz, feliz, feliz, feliz con Dios.
La fe me ha dado fuerza
para continuar.
Me mantiene ilusionada
En los caminos de mi andar.
Me embriago, con el perfume
de las flores.
Y el arcoíris al llover
me hace vibrar.
Me sorprende verme feliz
aunque mi piel se arruga.
Pero más me emociona comprobar
que aún tengo ilusión
a flor de piel.
Igual que ayer, cuando empecé
a caminar.
Me lleno de ilusión
con el elixir del amor…
porque aquí está ese reino
promesa del Señor.
Mi larga vida, me dio
la madurez.
La intensa paz que siento,
hoy en mi vejez.
¡todo, todo esto se lo debo
A Dios.
Y al infinito iré,
muy pronto; donde mora Él.
¡soy feliz, feliz, feliz soy yo!
Viendo el atardecer
cuando se oculta el sol.
¡Siento que todo me hace sonreír!
Y hasta la muerte, que pronto llegará…
¡ME HACE FELIZ!
“AL FINAL DE LA META”
Ya estoy mirando la meta,
Ya estoy llegando al final;
Al umbral de mi existencia
Por las sendas de vivencias
de éste mundo terrenal.
Mil veces zarpé y no naufrague;
Caí, y siempre me levanté.
Dispararon a matarme
Y no me pudieron dar.
Todo lo que me pasaba
Lo tome cual diversión;
Porque cuando me atacaban,
cual torero reaccionaba…
gritando “ole” entusiasmada,
a la bestia por su acción.
Y no me desesperaba,
¡Menos me desanimaba!
Y continuaba el camino
con orgullo femenino.
Al macho paraba en seco,
pidiendo me respetara.
Muchas prefieren callar
reteniendo al enemigo,
porque hace falta en su andar.
Aguantan golpes e insultos
Y pierden su propio “YO”
y se dejan anular,
sin denunciar la verdad,
¡Pero eso, no hice yo!