
Por Lilia de la fuente
Ojos al cielo
Clave mis ojos al cielo,
a ese firmamento azul.
al poniente el astro rey
iniciaba complaciente,
entre sombras a ceder.
Mire que se iba ocultando
en el contorno sombreado.
Sus rayos languideciendo,
tras un cuadro repujado.
Cuando el manto de la noche
se disemina en el cielo;
Busco a Dios en las estrellas,
en la luna, y los luceros.
Imploro en lo más profundo
de mi pecho y de mi ser;
Que nos mande la salud y
Nos proteja con bien.
Pero no, ha respondido
Y su silencio perdura…
Rebasando los linderos,
y callado en su postura.
Solo nos queda entender,
que el mundo está desquiciado;
¡por no querer aceptar!
Ser apostatas cegados.
¡Si! somos ciegos y culpables
del silencio del señor…
¡Nuestro Padre ya no escucha!
Porque los rezos de muchos,
¡Van en otra dirección!