Por: Daniel Muñoz
La convivencia con la muerte se ha vuelto rutina para el Doctor Cesar Salvador Reyes Dimas, médico legista de la Fiscalía General del Estado, quien a lo largo de 30 años al servicio del estado, ha realizado cientos de necropsias mostrando profesionalismo en su trabajo y solo en dos ocasiones, los sentimientos terminaron por quebrarlo.
El médico de la FGE dio a conocer que su trabajo relacionado con la muerte al realizar necropsias lo ha vuelto un hombre fuerte, manteniendo el profesionalismo al momento de tener un cadáver en una plancha.
El respeto forma parte de su trabajo y a pesar de tener que realizar dicho trabajo en niños, jóvenes y adultos, sin embargo, dos casos mostraron su lado humano, manteniéndose firme a pesar de que su lado sentimental ha estado a punto de quebrarlo.
La muerte de tres amigos ocurrida en el Ejido Celemania el siete de septiembre del año 2007 lo dejó paralizado momentáneamente, pues en ningún momento se le informó que se encontraban entre las víctimas.
La muerte sorprendió a tres reporteros de la fuente policiaca que acudieron a cubrir el accidente que terminó por convertirse en una tragedia que enlutó al Estado de Coahuila.
La muerte de Andrés Ramírez, Carlos Ballesteros y David Herrera se ha mantenido en su memoria, pues al llegar a la funeraria y ver los cuerpos, estuvo a punto de doblarse sentimentalmente, pues además de ser compañeros en cuestión laboral, fueron amistades fuera del trabajo con los que constantemente convivía.
La expresión en el rostro de cada uno de ellos es algo que no puedo olvidar, pues estaba acostumbrado a verlos sonreír y al ver su expresión seria, su voz aparecía en mi cabeza, pero sabía que era necesario practicar la necropsia para después darles el último adiós, mencionó el médico.
Otro de los casos que lo dejó impactado, fue la muerte de Dianita en el mes de agosto del año 2016, pues al observar su cuerpo y revisar cada una de las heridas que había sufrido en manos de Javier Olaguer “El Demonio”, su cabeza comenzó desmoronarse al no poder creer como habían cortado su vida con un odio indescriptible.
Revisé cada una de las heridas y no dejaba de pasarme por la cabeza que solo un verdadero “demonio” podría haber matado a una niña, pues hasta las bestias actúan por instinto, pero se supone que un ser humano puede pensar y al haber actuado con esa ferocidad, no puede ser comparado con una bestia.
Hasta el día de hoy, el Doctor Cesar Salvador Reyes Dimas continúa realizando su trabajo, manteniendo la firmeza que lo ha caracterizado aunque no descarta que en un futuro, tenga que toparse con otro caso que quedará marcado en su memoria.