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SABINAS, COAHUILA.- Brenda González, acude desde hace 7 años al panteón municipal, a dejarle flores a su hija de nombre Citlali, quien falleció a los 14 años de edad y a quien cada 1 de noviembre acude a colocarle un arreglo floral además de algunos alimentos que tanto le gustaban.
La entrevistada dijo que el visitar a su hija es como decirle que, aunque no esté presente en cuerpo aquí en la tierra, siempre la tiene en su corazón, y no necesariamente tiene que ser una fecha especial para recordarle.
Compartió que su hija, falleció a los 14 años, debido a una discapacidad que padecía. Recordó que le gustaba mucho las manzanas y precisamente eso le llevó al panteón.
Acompañada de sus hijas y sobrinas recuerdan el amor que Citlali les tenía “Es un sentimiento que no se olvida, es un vacío y un dolor tan grande que para una madre nunca se recupera, puedes superar cualquier cosa pero la muerte de una hija nunca”.
Lejos de la tradición mexicana, que dice que este 1 de noviembre vienen los espíritus de los niños a la tierra a visitar a sus familiares, ella dijo sentirla siempre y a cada momento a su hija adolecente y no necesita estar precisamente en un panteón ya que en ocasiones se imagina escuchar su risa o la ve “pero ese es el deseo de cada quien, ella siempre estará en mi corazón” puntualizó.