Carolina Salomón
Hace 20 años que las familias del municipio de Monclova acostumbran a instalar altares en sus hogares por el Día de Muertos y es que hace 60 años solo se llevaban flores a los difuntos, se limpiaba la tumba, se colocaban flores, se compraba caña y alimentos para comer con el ser querido cerca de su lápida.
El historiador Juan Blackaller, recordó que Monclova tenía 7 mil 500 habitantes y era una población olvidada en el centro de Coahuila porque en los años cuarenta no había siquiera una escuela secundaria.
La llegada de AHMSA en esos años causa un auge en el trabajo y comienza a llegar a la ciudad gente del extranjero y estados de la república con costumbres muy diferentes.
Eso generó que empezaran a amalgamar sus ideas con las ideas de los ciudadanos de Monclova sobre el Día de Muertos.
“Hace 60 años a lo que iba uno al panteón era a llevar una tina de agua, limpiar ahí con una escoba y poner flores no había otra cosa, había gente que comían ahí afuera, te vendían una caña, flores y era todo pero además el clima ha cambiado antes hacia un aire frio y ni siquiera se antojaba ir pero algunas familias comían con el muerto en la tumba”, dijo.
El pueblo se fue enriqueciendo con ideas de alteres de muertos y otras celebraciones aunado a que desde hace 20 años la SEP determinó que había que adoptar las costumbres del altares de muertos que se daban en el sur y por ello en las escuelas se promovió en los niños esta costumbre muy folclórica.
Señaló que gracias a ese mestizaje de ideas de los habitantes de este enorme Monclova que cuenta con 300 mil habitantes han cooperado con muchas costumbres que hacen variantes los festejos al día de muertos.
“A veces estamos mal nosotros, es que no conocemos orígenes, nos vamos exclusivamente a lo que está de moda ahorita y por ejemplo los altares tienen belleza e historia de nuestros ancestros que nos quedamos admirados”, destacó.
Añadió que la libertad que tenemos los seres humanos es de escogerlo lo que más les gusta, para unos no hay mejor que el altar, para otros ir al panteón y “para mi nomas ir a depositar flores pero en el respeto hacia las costumbres a los demás esta nuestra vida democrática”.