De acuerdo a esta investigación muchas mujeres optan por consumirla, por considerar que es más segura que los fármacos sintéticos
En un estudio publicado el 3 de noviembre-, en la revista “Jama Psychiatry”, un grupo de investigadores detectaron el aumento de mujeres hospitalizadas entre 2010 y 2018, por el consumo de marihuana durante el embarazo, y cómo esto, desarrollo trastornos relacionados con el estado de ánimo en las pacientes.
La investigación fue codirigida por expertos de la Universidad de Columbia, en colaboración con el centro de investigación Weill Cornell Medicine, y realizada con el código de diagnóstico de más de 20 millones de altas hospitalarias en Estados Unidos.
Los médicos identificaron a 249 mil 84 pacientes embarazadas con trastorno por consumo de cannabis y las clasificaron en tres grupos: el primero con mujeres que consumían cáñamo y sufrían algún trastorno, el segundo con aquellas que además de marihuana consumían otro tipo de sustancias controladas, y por último las que presentaban afectaciones por su consumo, como de otras sustancias no controladas como el alcohol y el tabaco, y se comparó un grupo de control, que no consumían ningún tipo de estupefaciente.
“Este es el estudio más grande para documentar la escala del trastorno por consumo de cannabis en las hospitalizaciones prenatales”, comentó Claudia Lugo-Candelas, académica y coautora del estudio. La especialista explicó que las pacientes embarazadas que consumieron cáñamo, presentaron niveles más altos de ansiedad y efectos colaterales como náuseas.
“Es una señal de alerta que los pacientes pueden no estar recibiendo el tratamiento que necesitan”, destacó Lugo-Candelas.
Además, la investigación detalla que el grupo con condición de cannabis se situó en jóvenes de 15 a 24 años. El comunicado también refiere que algunas mujeres embarazadas utilizan el cannabis en lugar de medicamentos recetados porque creen que es una opción más segura.
El estudio analizó los registros de los pacientes con el propósito de encontrar trastornos de ánimo como la ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDH), traumas, entre otros. Las condiciones médicas incluyeron epilepsia, dolor crónico, náuseas, vómitos y esclerosis múltiple.
En el caso de los subgrupos con trastornos, los hallazgos arrojaron tasas elevadas en casi todos los factores estudiados.
El 58% de los pacientes con trastornos por cannabis, tuvo afectaciones relacionadas con trastornos de estado de ánimo, mientras que dicha problemática se presentó en sólo el 5% de las embarazadas que no consumían ningún tipo de sustancias.
“Cuanto menos consumas de otras sustancias, más marca la diferencia el consumo de cannabis”, dijo Lugo-Candelas: «eso es realmente sorprendente», aseveró.
De acuerdo con Angélica Meinhofer, profesora de en Weill Medicine, en varios estados de la región se permite el uso médico del cannabis para el síntoma de náuseas y vómitos, usuales durante la edad gestacional.
En la investigación también se presentaron altas hospitalizaciones debido a las náuseas, aunque los expertos expresaron que se desconoce si las pacientes utilizaron el cannabis para suavizar el síntoma, o fue un efecto provocado por la planta, que también produce señales parecidas a las que se manifiestan en el embarazo.
Los especialistas coincidieron que una mejor educación de las pacientes sobre estos temas ayudaría a que los riesgos por consumo disminuyan y que puedan recibir un tratamiento a tiempo, específicamente en aquellas que sufren dependencia al cannabis.
“Es de esperar que estos hallazgos motiven mejores conversaciones entre las pacientes embarazadas y sus proveedores de atención médica”, dijo Meinhofer.
Los autores argumentaron que no están a favor o en contra del uso de cannabis durante el embarazo, ya que aún hay desconocimientos sobre los efectos prenatales.