SALTILLO, COAHUILA. – Ante el Congreso, la Diputada Local Claudia Rodríguez solicita exhortar al Gobierno Federal a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT) y a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) para
que verifiquen y revisen si se cumplen con los requisitos legales para el otorgamiento
de permisos y funcionamiento de los hornos crematorios en el país.
Debido a la pandemia que actualmente sufrimos a nivel mundial derivada del
COVID-19 se elaboró en nuestro país, y ese mismo criterio se siguió a nivel mundial,
una Guía para el manejo de cadáveres por Covid que recomienda la incineración de
cadáveres cuya muerte ha sido causada por esta enfermedad. Siendo esta práctica
poco habitual, hoy en día se lleva a cabo con mayor frecuencia.
Existen lugares autorizados que cuentan con los permisos pertinentes, pero también
hay muchos que no los tienen. Cabe recordar que en la incineración de un cadáver
se tiene que cumplir con lo que establece la norma oficial mexicana NOM-043
SEMARNAT-1993, acerca de los niveles máximos permisibles de emisión de partículas
sólidas provenientes de este tipo de hornos, por lo que estos establecimientos que
cuentan con este servicio deben cumplir con este requisito para poder funcionar
además de todos los trámites legales que deben cumplir.
“Sin embargo, hemos escuchado quejas de diversos sectores en el Estado sobre
algunos establecimientos que no están autorizados y en algunos casos las partículas
que emiten son de tal peligro para las colonias vecinas que sus pertenencias y
vehículos amanecen con cenizas con una especie de grasa difícil de quitar, así como
llegan olores fétidos y sin dejar a un lado las consecuencias infecciosas, biológicas y
de alto peligro ambiental que representa hacer este tipo de actividad en lugares y
hornos no autorizados y que no cumple con ninguna medida de seguridad y que
son un serio peligro para la sociedad” enfatizó Rodríguez Márquez.
La cremación, es una actividad que produce un fuerte impacto al medio ambiente,
ya que lo órganos y tejidos de un cuerpo se dan a través de un proceso de combustión
que puede alcanzar los 950 grados centígrados, generándose durante este proceso,
emisiones de particular suspendidas totales, monóxido y dióxido de carbono, así
como óxidos de nitrógeno, los cuales son percusores de ozono y que su generación
favorece por las elevadas temperaturas de operación.
“Es por ello que considero muy importante que los prestadores de servicios
funerarios, acaten los protocolos necesarios para llevar acabo la cremación de
cadáveres y sean verificados por las autoridades correspondientes, y den
cumplimiento a lo que establecen las Normas Ambientales y Sanitarias relativas a
esta actividad, lo que permitirá prevenir, controlar y mitigar la emisión de
contaminantes a la atmosfera para mejorar la calidad del aire de la ciudad en
beneficios de toda la población”, concluyó.