La elección del sindicato petrolero arrancó con el dominio de viejos aliados de Carlos Romero Deschamps, ex Secretario General de ese gremio y acusado, entre otras cosas, por enriquecimiento ilícito, depósitos y operaciones sin que se justifique el origen y destino del dinero, y de tender una red de corrupción y complicidades en esa organización y en Pemex.
La supuesta democratización del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) mostró ayer la cara del caciquismo con la imposición de votar por planillas únicas y la intimidación a trabajadores de sufragar por el candidato oficial en los casos en los que hubo más de una propuesta.
Los representantes de las planillas oficiales son caras reconocidas en el sindicato: unos por su fidelidad a Romero Deschamps -y por imponer condiciones por años en sus respectivas secciones- y otros por estar acusados por diversos delitos como fraudes, venta plazas, despidos injustificados y enriquecimiento ilícito.
Ayer, durante la primera fase de los comicios para elegir secretario general en 12 de las 36 secciones del sindicato petrolero, en tres de ellas sólo existió una planilla.
En la Sección 10, con sede en Minatitlán, Veracruz, se impuso a Jorge Wade Zúñiga actual Secretario del Interior y Acuerdos del Comité Ejecutivo Local e hijo de Jorge Wade González, cacique de esa región petrolera y líder del grupo Frente Liberal Sindicalista, brazo político de la zona.
Wade González ha sido dirigente de esa Sección en otras ocasiones y en 2007 fue acusado ante la Fiscalía General de la República (FGR) por prácticas fraudulentas.
En la Sección 47, con sede en Ciudad del Carmen, Campeche, Víctor Manuel Kidnie de la Cruz, eterno líder de esa Sección y quien ha sido acusado ante la FGR por fraude y lavado de dinero, impuso a Víctor Matías Hernández Colunga en una sola planilla.
La Sección 34 de la Ciudad de México presentó una planilla encabezada por Héctor Sosa, quien ya fue dirigente (2013-2015 y 2016-2018). Además, en diversas ocasiones se ha declarado afín a Romero Deschamps.
En otros casos, aunque se registraron entre dos y cinco planillas, los actuales líderes seccionales afines a la dinastía de Romero Deschamps buscaron la reelección -con el apoyo de grupos de choque para intimidar a disidentes y el financiamiento para la entrega de prebendas y fiestas- o impusieron a sus candidatos, acusaron petroleros.
En la Sección 1, en Madero, Tamaulipas, compitió el líder Esdras Romero Vega, acusado por la disidencia de venta de plazas y enriquecimiento ilícito.
Carlos Jiménez Hernández, dirigente de Sección 26, en Las Choapas, Veracruz, también busca reelegirse con la bandera de Romero Deschamps, quien antes de su renuncia autorizó recursos millonarios para la construcción del Centro Social y Recreativo «Carlos A. Romero Deschamps», que se construye en Cárdenas, Tabasco.
Las irregularidades, acusaron disidentes de las secciones que presentaron ayer comicios, tuvieron «el aval» de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), que encabeza Luisa María Alcalde.
Denunciaron que los representantes de la dependencia batearon la integración de otras planillas y aceptaron las reglas de los comicios aprobadas desde el Comité Ejecutivo General, que encabeza Manuel Limón Hernández, alfil de Romero Deschamps.
Unos 35 mil trabajadores integran las 12 secciones que tuvieron jornada electoral, lo que representa casi la tercera parte del total de agremiados, con 90 mil petroleros.