Por Jorge Fernández Menéndez
La caída de Rosalinda, la esposa de El Mencho
Había una época muy lejana en la que, entre las reglas del narcotráfico, y también de la política, se decía que no se atacaba a las amantes, a los hijos ni a las esposas, así en ese orden. Claro, era la época en la que también se decía que en los medios no se podía hablar mal ni de la Virgen ni del Presidente.
Pasaron muchos años y esas reglas ya no existen (Monsiváis, al que tanto se extraña, decía que antes había que ser un valiente para hablar mal de un presidente, ahora para defenderlo), pero el abandono de aquella regla de las mujeres y los hijos ha tenido como consecuencia un incremento desmesurado de crímenes inmisericordes contra mujeres y las familias.
Es consecuencia también de un cambio notable en el comportamiento criminal: si los viejos capos querían que sus hijos estudiaran, hicieran carrera y no se metieran en su negocio, con el crecimiento y las ganancias exponenciales del mismo, el crimen organizado se terminó convirtiendo claramente en un negocio familiar donde todos o casi todos están involucrados. Y todos están expuestos, entonces, a las venganzas y a las detenciones.
Este martes volvió a ser detenida Rosalinda, esposa de Nemesio Oseguera, El Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación. Rosalinda, quien ya había sido detenida años atrás y liberada, ha sido vinculada con las actividades financieras del CJNG y de Los Cuinis, un brazo de la organización, que está liderado por Abigael González Valencia, hermano de Rosalinda. El hecho ocurre horas antes de la visita presidencial a Washington y cuando, dicen que, en revancha por la detención, fueron secuestrados dos marinos en Zapopan.
Según las autoridades, Rosalinda fue detenida porque manejaba la estructura financiera del cártel, una organización familiar cruzada, como dijimos, con Los Cuinis. Es muy extraño que la esposa de un jefe de un cártel sea detenida. Incluso cuando caen estos capos, en muchas ocasiones las mujeres son liberadas. Fue el caso de la detención de El Chapo en Mazatlán, cuando estaba acompañado de Emma Coronel y sus dos hijitas, además de una cocinera. Coronel, cuyo padre también está detenido por ser parte de la organización de El Chapo, fue detenida, pero en Estados Unidos, donde aparentemente llegó a un acuerdo con las autoridades de ese país para tener una condena reducida.
Detenida Rosalinda, lo mismo que el hijo mayor de El Mencho, Rubén y con fuertes rumores de que su hijo menor, apodado El Tres, fue asesinado meses atrás, la estructura familiar en la que se asienta el CJNG quedaría (siempre el condicional es importante en este tipo de temas) fuertemente deteriorada.
Quedaba una hija, Johanna, pero ella fue detenida el miércoles 26 de febrero de 2020 cuando fue, pensando que no tenía cargo alguno en su contra, a la primera audiencia de su hermano Rubén, luego de su extradición a la Unión Americana. Pero durante la audiencia de su hermano, en un tribunal de la ciudad de Washington, Jessica Johanna, que tiene ciudadanía estadunidense, como Emma Coronel, fue detenida por autoridades federales que la consideran una integrante en activo del CJNG, una de las principales operadoras financieras de esa organización con actividades tanto en Estados Unidos como en México, sobre todo de lavado de dinero.
Jessica Johanna aseguraba ser una importante y respetada empresaria, pero para las autoridades estadunidenses esas actividades se desarrollan a partir de los recursos que obtiene el CJNG por el tráfico de drogas, la explotación ilegal de minas (muchas de las veces literalmente expropiadas a sus legítimos propietarios) y el robo de combustibles. Con esos recursos Johanna invertía en México y Estados Unidos en restaurantes, hoteles, una empresa tequilera, varias de alimentos, todas a su nombre y de algunos de sus amigos.
También, Johanna se encargaba de la cooptación de políticos y funcionarios públicos, sobre todo de jueces y magistrados federales (algunos de ellos ya removidos por el Consejo de la Judicatura) que conforman la estructura de protección que le ha permitido a varios integrantes del CJNG salir en libertad rápidamente luego de ser detenidos. El caso de su hermano El Menchito es paradigmático al respecto: antes de ser extraditado recibió varias condenas absolutorias y estuvo a punto de quedar en libertad argumentando que, en realidad, no era hijo de El Mencho.