
En el País hay niños con cáncer que completan su tratamiento gracias al apoyo de activistas, donantes, empresarios y asociaciones ante el desabasto de oncológicos en México.
“No son dosis, son días de vida”, comenta Guadalupe Franco García, abuelita de Junior Fabián González, niño de 8 años diagnosticado con tumor testicular.
En el Hospital Pediátrico Moctezuma, a cargo del Gobierno de la Ciudad de México, cuenta la mujer, padecieron el desabasto, pero el niño pudo recibir quimioterapias gracias al apoyo de un sacerdote.
“Gracias a estas personas, que yo digo son tres ángeles, que nos apoyaron en sus tres últimas quimios de mi nieto que fue una doctora de oncología, un señor que trajo el medicamento, y un padre que nos regaló el medicamento”, señala la integrante del autonombrado “Club de las abuelitas” de Casa Colibrí, un lugar destinado a cuidar a niños con cáncer de escasos recursos que hoy abre sus puertas.
La señora pide a las autoridades entender que estos medicamentos son vitales para los niños, y van más allá de discursos políticos.
El problema de desabasto es una queja frecuente con la que llegan padres a la asociación, señala Mariana Hernández, presidenta y fundadora de la organización “Antes de Partir”, que administra esta casa-albergue.
El desabasto es un problema que no se ha podido erradicar, estima.
“Es una realidad y no solamente hay desabasto en medicamentos, es que no se ha podido restablecer el abasto. Ése es el problema real”, expone.
El costo del atraso en la entrega de fármacos, considera, es muy alto, porque impacta en los niños que luchan contra esta severa enfermedad.
La recaída no ha quitado el ánimo a Angie Vianey Morelos. La niña de siete años cree en la magia, en Santa Claus, y en que si una vez ya logró vencer al cáncer, lo volverá a hacer otra vez.
Su madre, Samantha Molina, contó que la infante tuvo una recaída -precisó el día, 23 de noviembre de 2020-, pero ha luchado contra la leucemia linfoblástica aguda desde 2016.
Medicamentos, despensa, juguetes, oxígeno, sillas de ruedas, han sido los apoyos que encuentra en este sitio. Como otras madres en este sitio, llama a que se termine el desabasto de medicamentos.
“Luego faltaba mucho la vincristina y la asparaginasa. (A las autoridades) que nos sigan brindando el apoyo y que no dejen a nuestros niños solos porque nosotros como mamás nos sentimos mal al no haber medicamento, aparte no contamos con los recursos para el medicamento tan carísimo”, dijo.
Beneficiario de la organización Antes de Partir, también es Alain de 7 años, que padece leucemia. Tiene fe en que sus amigos superarán la enfermedad.
Aunque desde hace días, padres han llegado Casa Colibrí, el inmueble ubicado cerca de la estación de transporte Talismán, en la Gustavo A. Madero, hoy será inaugurado de manera formal.
Mariana Hernández, presidenta y fundadora de la organización comentó que este sitio es producto del esfuerzo de empresarios, de donadores, de amigos y de padres de familia.