En mayo se cumplirá un año desde que Bill Gates, cofundador de Microsoft, y Melinda French Gates anunciaron su divorcio tras 27 años de matrimonio.
La pareja, que procreó tres hijos, tenían una fortuna conjunta que, de acuerdo con la revista Forbes, se estimaba en 124 mil millones de dólares.
Ambos justificaron su decisión asegurando que no podían «crecer más como pareja en esta nueva fase» de sus vidas. Y pidieron respeto a su privacidad y a la de su familia.
Durante este tiempo se habían mantenido con un bajo perfil, algo habitual en ellos, y dedicados en sus propios planes: su fundación y proyectos filantrópicos.
Sin embargo, Melinda, de 57 años, decidió romper el silencio en una entrevista para un programa matutino de la cadena estadounidense CBS, en la que abordó su vida personal y los motivos que la llevaron a terminar su enlace matrimonial con Bill, de 66, algo que le causó «muchas lágrimas durante muchos días», según comentó.
«No podía confiar en lo que teníamos», compartió la filántropa, quien pasó momentos duros en los que se veía incapaz de salir avante.
La periodista Gayle King la cuestionó sobre la supuesta aventura amorosa que su ex marido tuvo con una empleada de la compañía en el año 2000.
«Lo cierto es que creo en el perdón, así que creo que hemos trabajado bastante en eso», reflexionó.
«Lo que ocurrió no fue un momento ni una cosa específica. Simplemente llegó un punto en el que ya era suficiente, en el que me di cuenta de que no era sano (seguir juntos)».
Melinda evadió las preguntas sobre si le fueron infiel en más ocasiones: «Esas son cuestiones a las que tendrá que responder Bill», contestó.
Su ex marido también ha sido bastante hermético respecto a su divorcio, pero en diciembre de 2021, en la reflexión anual que hace en su blog, escribió al respecto sobre «un asunto cercano a mi hogar: mi divorcio».
En él contó que él y su ex habían «logrado tener un buen ritmo nuevo de trabajo», pero no podía negar que había sido «un año de gran tristeza en lo personal», dando gracias por «la resiliencia» de sus seres queridos, en especial de sus tres hijos, Jennifer, Rory y Phoebe, «durante ese tiempo cargado de retos».
A pesar de todo, Melinda y Bill Gates seguirán con la organización filantrópica que fundaron en el 2000.
«Creo en esa institución. Creo en lo que hacemos. Mis valores están en esa fundación. Creo que siempre nos ha hecho ser mejores. Y creo que algo de lo que la gente no se da cuenta es que, en los momentos difíciles, durante los últimos 18 meses, mientras por detrás llevábamos a cabo todo este proceso (de divorcio), hemos sido capaces de trabajar juntos de forma efectiva.
«Y no diré que haya sido fácil, pero lo hicimos. En mi caso tuve días en los que me echaba a llorar una hora antes de tener una reunión virtual, o estaba enfadada, pero me sobreponía y sacaba mi mejor versión. Y creo que podemos seguir haciéndolo».
Cura sus heridas
Para Melinda Gates su separación no fue nada fácil, pues una avalancha de emociones se apoderaron de ella, se acostaba sobre la alfombra y se preguntaba: «¿Cómo puede pasar esto? ¿Cómo voy a levantarme? ¿Cómo voy a seguir?
Luego llegó la ira… pero, con el paso del tiempo, comprendió que era parte del proceso del duelo.
«Estás teniendo un duelo por la pérdida de algo que tenías y que pensabas que tendrías durante el resto de tu vida».
«Quiero decir, es una cuestión dolorosa. Pero al final decidí empezar este viaje de curación, y creo que ya estoy empezando a llegar al otro lado. Ahora siento como que estoy pasando página de este capítulo. Quiero decir, estamos en 2022, y estoy realmente emocionada sobre lo que está por venir y sobre la vida que tengo por delante».
«Epstein era abominable»
Melinda French Gates también comentó sobre los encuentros frecuentes que su marido mantenía con el fallecido empresario pedófilo Jeffrey Epstein.
«No me gustaba que mantuviera reuniones con él. Se lo dejé claro. Yo me vi con Jeffrey Epstein exactamente una vez. Quería ver quién era ese hombre y me arrepentí al segundo.
Era abominable, el demonio en persona. Después de eso tuve pesadillas con él. Por eso se me parte el corazón con todas esas chicas jóvenes. Así lo siento, y yo soy una mujer mayor. Era horrible», relató
Tras su experiencia, Melinda le pidió a su entonces esposo que cesaran sus encuentros.
Con información de El País Internacional.