El terremoto que tuvo lugar cerca de la Antártida, y sacudió las aguas de tres océanos, ayudó a los científicos a entender cómo los temblores pueden provocar tsunamis.
National Geographic
Cuando una misteriosa serie de temblores surgió de las deshabitadas islas Sandwich del Sur, los científicos de todo el mundo se agarraron la cabeza, sumidos en confusión.
Primero, un terremoto de magnitud 7.5 impactó debajo de las islas, un territorio británico de ultramar reclamado por la República Argentina en las aguas frígidas del Océano Atlántico Sur. Tres minutos más tarde, un terremoto de 8.1 volvió a sacudir la región.
Los estruendos ocurridos el 12 de agosto de 2021 no fueron inusuales de por sí, ya que las islas están ubicadas sobre un punto de choque de placas tectónicas. Lo extraño es que a continuación se generó un tsunami lo suficientemente poderoso como para repercutir en costas distantes a lo largo del Océano Atlántico, el Pacífico y el Índico.
Aunque su oleaje no resultó destructivo, se trató del primer tsunami en ser registrado en tres océanos diferentes desde la catástrofe de 2004.
Cómo se originó el tsunami global de 2021
Pese a que se sabe que algunos tipos de terremotos causan tsunamis, la profundidad inicial estimada en este caso sugirió que era demasiado profundo como para ejercer una presión que permita empujar semejante cantidad de agua sobre el piso del océano.
“Fue un gran misterio y un gran desafío para la comunidad sismológica”, dice Zhe Jia, un estudiante de posgrado en geofísica en el Instituto de Tecnología de California.
Después de invertir meses en desentrañar esta enigmática secuencia de terremoto, Jia y sus colegas piensan que han llegado a una respuesta.
En un estudio publicado en Geophysical Research Letters (Cartas de Investigación Geofísica), el equipo concluyó que en realidad hubo cinco grandes rupturas ese día y que se sucedieron la una a la otra en cuestión de minutos, componiendo un solo temblor. Una de estas rupturas fue lo suficientemente fuerte y superficial como para disparar el tsunami global.
¿Se puede detectar un tsunami?
Al descifrar este extraño evento sísmico, los geocientíficos pueden desarrollar un mejor entendimiento sobre cómo los terremotos generan tsunamis.
“Dependemos de estimaciones sísmicas iniciales para adivinar si un terremoto desencadenó un tsunami”, confiesa Judith Hubbard, una geóloga estructural en el Observatorio de la Tierra, en Singapur, que no participó en el estudio.
“Considero que este evento nos está diciendo que quizás nuestros sistemas de detección de tsunamis no sean lo suficientemente buenos”.
La extraña serie de terremotos también ha llevado a los científicos a preguntarse si alguna vez llegaremos realmente a entender las muchas intricancias de nuestro planeta.
“A medida que corre el tiempo y vemos más terremotos, éstos tienden a ser mayores y más complicados”, agrega Stephen Hicks, un sismólogo del Colegio Imperial de Londres que no participó del estudio.
¿El movimiento de las placas tectónicas influye en los tsunamis?
Por debajo de las remotas islas Sandwich, la placa tectónica sudamericana se hunde bajo la microplaca de Sandwich a la modesta velocidad de 7 centímetros por año. El desparejo encuentro entre estas dos placas ha causado que la presión se acumulara a lo largo del tiempo.
A veces, esa presión se libera en forma de terremotos, incluyendo el tipo de temblores que generan tsunamis.
Estas enormes olas costeras generalmente se forman cuando algo desplaza una cantidad grande de agua. En este caso, “lo que desata un tsunami es la deformación del suelo del océano”, explica Hubbard, pero un temblor necesita ser lo suficientemente superficial como para desatar un tsunami como éste.
El terremoto de magnitud 7.5 del 12 de agosto se dio a una profundidad de casi 47 kilómetros, por lo cual “es muy improbable que haya generado el tsunami de despliegue global que observamos mucho más tarde”, asegura Jia.
El evento de magnitud 8.1 que sucedió justo después fue más sospechoso que el primero, con una profundidad mucho más superficial: 22,5 kilómetros.
No obstante, las señales sísmicas de la secuencia de este terremoto fueron sospechosamente engorrosas. Los dos temblores se produjeron muy cerca el uno del otro y en una sucesión muy veloz.
Los datos recolectados son comparables a una grabación de una persona hablando mientras otra persona grita, es decir, es una masa de ruido indescifrable.
Los sistemas automatizados tuvieron problemas para producir valores consistentes para la magnitud, la locación y la profundidad del segundo temblor.
“Pensamos que estábamos pasando algo por alto”, recuerda Jia.
Cómo se produjo el terremoto que generó el tsunami de 2021
Durante los meses siguientes, Jia y su equipo se dedicaron a desentrañar la red de olas sísmicas de aquel día, eliminando la interferencia y señalando las rupturas individuales dentro del caos.
Finalmente, encontraron que no habían sido dos, sino cinco rupturas principales en este evento, todas sucediendo en el marco de 260 segundos.
“Se trata principalmente de un solo terremoto”, confirma Hicks, pero uno bastante complicado y poderoso. Luego agregó: “Superó lo esperable para esta zona de choque de placas”.
Los dos primeros terremotos, ambos eventos de magnitud 7.2, duraron tan solo 23 y 19 segundos respectivamente. Estas dos rupturas combinadas produjeron lo que previamente se pensó que era un solo evento de magnitud 7.5.
Los últimos dos temblores, de magnitud 7.6 y 7.7 respectivamente, también fueron eventos de poca duración.
La tercera ruptura, que se dio en medio de las otras cuatro, sobrepasó a todas las anteriores. Registró una magnitud de 8.2. Fue extremadamente poderosa, desatando la mayor parte de la energía del terremoto de cinco episodios.
También fue lento, tomándose 180 segundos en transcurrir. En parte, fue eso lo que lo mantuvo escondido a oídos de los científicos durante tanto tiempo: no estaban usando el tipo correcto de equipamiento sísmico.
La forma de las olas sísmicas de temblores más lentos son diferentes al tipo que se ve en rupturas repentinas. Cuando Jia cambió los filtros en los datos recolectados por una red global de sismógrafos para buscar rupturas más lentas, se encontró de golpe con el evento.
Además de haber sido más poderoso y más duradero, este temblor fue bastante superficial, con una profundidad de tan solo 13,6 kilómetros, por lo que fue perfectamente capaz de crear un tsunami global.
El extraño terremoto de las islas Sandwich del Sur
Los terremotos son más difíciles de entender de lo que parecía inicialmente. A veces, cómo en el caso del terremoto Kaikoura en Nueva Zelanda en 2016, la complejidad es fácil de ver. El terremoto estalló en medio de una docena de otras fallas. Pero el rompecabezas que se generó podría ser fácilmente reconstruido.
“En ese caso, estamos hablando de una ruptura en la superficie”, dice Kasey Aderhold, un sismólogo, no involucrado en el estudio, que forma parte del Incorporated Research Institutions for Seismology (Instituciones Incorporadas de Investigación de Sismología).
“El terremoto rompe todas estas distintas fallas que están en la superficie. Podemos caminar alrededor de ellas y verlas”.
Éste no es el caso del extraño terremoto que se dio en las islas Sandwich del Sur en 2021.
“Es profundo y está debajo del océano, en un lugar bastante remoto. No se lo puede tocar ni tampoco caminar a su alrededor”, agrega Aderhold. No hay estación de monitoreo geofísico en estas islas ni sismómetros en el fondo del océano escuchando el chirrido de la zona del choque de placas.
Los investigadores consiguieron entender el funcionamiento geológico de este evento gracias a la Global Seismographic Inspection (Red Global de Sismografía), una plataforma planetaria de acceso abierto que conecta a 152 sismómetros y es operada conjuntamente por la Inspección Geológica de Estados Unidos y la Fundación Nacional de Ciencias de ese país.
“Es realmente importante”, comenta Jia. Sin sus nodos realizando esas grabaciones del rumor sísmico de terremotos lejanos, los eventos extraños como éste serían imposibles de decodificar.
Tsunami Global: qué concluyen los científicos sobre el fenómeno
Como con la mayoría de los terremotos complejos, algunos misterios permanecen sin resolver. La ruptura de magnitud 8.2 probablemente haya desencadenado el tsunami, pero las especificaciones de lo sucedido aún no están claras.
“Muchos tsunamis involucran desprendimientos submarinos de tierra que pueden ser provocados por terremotos”, explica Robert Larter, un geofísico marino en la Inspección Británica en la Antártida.
“Personalmente, me pregunto si ese es el caso aquí”. La única manera de saberlo sería acercarse al suelo del océano, quizás con un bote cargado con un sonar o con un robot sumergible, y comparar su apariencia con viejos mapas batimétricos.
Los geólogos también se preguntan si la zona de roce de placas debajo de las Islas Sandwich del Sur puede continuar generando temblores fuertes. La ruptura del año pasado fue expansiva y potente.
“¿Significa ésto que probablemente no se romperá de manera tan fuerte en los próximos 500 o 1.000 años?”, se pregunta Hicks. Encontrar una respuesta puede ser difícil, debido a la falta de instrumentación en la región.
La buena noticia es que el descubrimiento de este quíntuple terremoto va a reforzar la habilidad de los científicos para anticipar eventos similares en el futuro.
“Nos ofrece la oportunidad de detectar este tipo de eventos de ruptura lenta en los datos sísmicos y con eso podríamos generar advertencias de manera mucho más rápida y más precisa”, agrega Hubbard.
La mala noticia es que ésta no será la última vez que un terremoto sorprenda a los científicos mientras esperan contrarrestar sus elementos más destructivos. Como dice Larter: “El mundo natural está lleno de sorpresas”.