Joven, progresista, dialogante. Gabriel Boric, un crítico de los Gobiernos venezolano, cubano y nicaragüense, promete renovar la izquierda en América Latina tras asumir mañana como nuevo Presidente de Chile.
Su plan de Gobierno, basado en la equidad de género y el respeto a los derechos humanos, busca hacer frente a las exigencias de un público que reclama políticas transformadoras de fondo, tras tres décadas de transición política desde el fin de la dictadura pinochetista.
Analistas políticos consideran que Boric dará inicio a una nueva era en Chile y en la región en general.
«Sin duda yo creo que esto en Chile marca el fin de una transición política, donde una nueva generación es la que predomina (…); entonces creo que es una oportunidad para también cambiar un poco los ejes del plano cartesiano», dijo en entrevista el hermano del nuevo Mandatario, el periodista chileno Simón Boric.
El magallánico de 36 años asume las riendas de la nación con un Gabinete, que además de ser conformado mayoritariamente por mujeres, cuenta entre sus filas a varios de sus compañeros con quienes encarnó un movimiento estudiantil hace una década y que más tarde impulsó importantes reformas educativas, incluyendo a la ex diputada Camila Vallejo, su ahora vocera, y al también ex diputado Giorgio Jackson, su ahora Secretario General de Gobierno.
«Es un nuevo tipo de izquierda, representada no solamente por gente joven, sino por gente que está aspirando a otro tipo de transformaciones», dijo Marco Moreno, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central de Chile.
A decir del especialista, temas como la ecología, el medioambientalismo y la lucha por la reivindicación de las minorías sexuales están entre los temas que ahora dominan la agenda pública.
«Yo creo que aquí hay una izquierda sin tapujos, donde entienden que las convicciones no son solamente volteretas electorales para ganar adeptos, sino que son principios que deben regir, los derechos humanos son uno», comentó Simón al respecto.
«Claramente la figura de Boric, de Vallejo, de Jackson, son un ejemplo de esa necesidad de renovar la clase política con nuevos actores, nuevos nombres y también nuevas ideas», agregó en el mismo sentido Marcelo Mella, cientista político de la Universidad de Santiago de Chile.
Bajo ese precepto, aborda Mella, hay una expectativa en que Boric pueda reunificar a una América Latina que se encuentra más dividida que nunca, con un Chile, como potencia regional, que se ha vinculado más con los países de la «OCDE o Estados Unidos» y ha descuidado a sus vecinos.
«En general hay un interés por México y por toda Latinoamérica, eso sí me lo ha comentado; ellos dirán, pero tiene ganas de reunirse con las autoridades mexicanas (…) Hay lazos que no han sido fomentados por décadas, y que es importante construir nueva comunidad en América, que nos vincule, que nos una, y que haga más fáciles las conexiones entre los países», abundó su hermano.
Un Presidente cercano
Lejos de las comunas ricas en donde habitaba el resto de sus predecesores, Boric, originario de Magallanes, en el extremo austral de Chile, eligió el antiguo e histórico Yungay como su residencia, el primer barrio del país, en Santiago. Ahí, en una casona de 500 metros cuadrados vivirá junto a su novia y ahora Primera Dama, Irina Karamanaos.
Yungay, tapizado de coloridos murales, es un barrio popular habitado por chilenos, venezolanos y colombianos, y da cuenta de la sociedad fragmentada por la desigualdad.
Eso, a decir de los analistas, va en la línea con la que Boric promete gobernar: un Presidente cercano con la gente de a pie.
«Es un estilo que yo calificaría de proximidad, del metro cuadrado, de la micropolítica, es un Presidente cercano», consideró Moreno.
«Y eso ha sido bien valorado por la gente: se detiene a conversar con ellos, saluda, estrecha la mano, pone atención a lo que le dicen, recibe las cosas que le entregan».
El Congreso: su prueba de fuego
El nuevo Presidente arrasó en la segunda vuelta electoral con más de 55 por ciento de votos frente a 44 por ciento de su rival ultraderechista José Antonio Kast, pero su coalición de Gobierno, Apruebo Dignidad, no logró obtener mayoría en el Congreso, lo que los especialistas consideran que podría representar un amplio desafío para lograr cumplir con su plan de Gobierno en el corto plazo.
Los retos inmediatos que tendrá que afrontar son la crisis de seguridad pública que deja la Administración saliente de Sebastián Piñera, la recuperación económica tras la pandemia del Covid-19, la nueva Constitución resultado del estallido social de 2019, y el aumento de la migración irregular en el país.
Mella y Moreno advirtieron entonces que, aunque las expectativas de cambio con Boric son amplias, lograr su cometido dependerá en gran medida de la capacidad de gestionar alianzas en el Congreso.
