July Flores lleva ya más de un año detenida por el homicidio de la Rectora de la Universidad de Valladolid, Guadalupe Martínez, y por el mismo caso, su hermano Alberto fue aprehendido hace 4 meses. Ambos acusan haber sido torturados para inculparse, pero sus denuncias no se han resuelto.
Y aunque la CNDH ya detectó anomalías y emitió una recomendación a las autoridades locales, éstas no han revisado el proceso.
Los hermanos ya documentaron las lesiones por las descargas eléctricas y los golpes que recibieron, incluso, el dictamen victimológico de Alberto, detenido el 10 noviembre de 2021, incluye fotografías que evidencian moretones en brazos, tórax y genitales.
July, aprehendida por ministeriales el 7 noviembre de 2020, denunció haber sido violada en su traslado hacía Veracruz, por lo que accedió al Protocolo de Estambul, el cual no ha sido acatado por la fiscalía estatal.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ya acreditó tortura y violencia sexual, por lo que el 10 de febrero emitió una recomendación dirigida a la Fiscal General de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, y al Gobernador Cuitláhuac García.
Prueba débil
July Flores, de 31 años de edad y madre de dos niños de 9 y 6 años, rentaba un Honda City blanco que utilizaba como Uber, trabajo que combinaba con labores de jardinería.
El auto alquilado es el mismo que aparece en un video en el que viajaban cuatro personas que ingresaron al Fraccionamiento Bugambilias, luego a la casa de la Rectora Guadalupe Martínez, quien fue asesinada, y en el que los criminales huyeron.
En ese entonces, la mujer vivía en Xalapa, a 300 kilómetros de Emiliano Zapata, donde ocurrió el crimen.
Sin embargo, Martín Flores, el padre de July, aseguró que ese 29 de junio de 2020, se encontraba con él arreglando un jardín en el Estado de México, debido a que el dueño del Honda se lo había retirado con el argumento de que le daría mantenimiento.
«Era mi brazo derecho», contó el padre, quien dice que ahora debe trabajar el triple para sufragar las visitas a Veracruz y los honorarios del abogado.
Días más tarde, July volvió a rentar el auto, incluso a un precio más barato a sugerencia del dueño, quien, tras el crimen, presentó a los ministeriales un contrato de compra-venta en el que falsificó la firma de ella, narró su abogado, René Rodolfo Párate.
El contrato y un video de seguridad de una tienda en el que aparece una mujer que viajaba en el vehículo el día del crimen, y que según las autoridades locales se trata de July, aunque no comparten características físicas, fueron las pruebas presentadas por la Fiscalía de Veracruz.
Al detenerla, los once oficiales no se identificaron, la trasladaron a un inmueble en la CDMX, y más tarde a Veracruz, trayecto en el que ella acusa, fue violada.
En la FGE, detalló, le pusieron bolsas de plástico para asfixiarla, dos veces se desmayó, sumergieron su cabeza en agua y la obligaron a firmar unos papeles.
July se encuentra en espera de la resolución del amparo 284/2021, que es revisado por un tribunal.
«La Fiscalía está tratando de evitar el protocolo (de Estambul) porque saben que con este vamos a demostrar la inocencia», narró el abogado.
‘Tenemos 5 horas para divertirnos’
Un año después de que July fue implicada en el homicidio de la Rectora de la Universidad de Valladolid, a Alberto, su hermano, lo buscaron dos supuestas trabajadoras de la Secretaría del Bienestar, que le ofrecieron una beca.
Cuando salió a sacar copias para entregárselas, elementos de la Fiscalía de Veracruz, sin mostrar orden de aprehensión, lo detuvieron acusado de feminicidio.
Las pruebas con las que autoridades veracruzanas lo vinculan con el caso son una llamada de celular hecha de Xalapa a la Ciudad de México el día del crimen y el ser hermano de July.
«Tenemos 5 horas para divertirnos contigo hijo de tu puta madre, puñetas, ahorita vas a hablar y si no quieres hablar te vamos a echar a los tiburones», escuchó Alberto de sus captores antes de que comenzaran a golpearlo, según narró en el dictamen victimológico.
Cuando llegó al penal Pacho Viejo ya había recibido al menos 37 descargas eléctricas en el tórax, brazos y genitales, abusos que fueron documentados.
Una vez vinculado a proceso fue sometido al dictamen victimológico
«Presencia de lesiones físicas que presumen haber experimentado tortura y que se requieren esclarecer de acuerdo al Protocolo de Estambul», concluyó la perita del Poder Judicial de la Federación.
Tras demostrarse los abusos, un juez de Xalapa reconoció como ilegal la detención y otorgó el amparo 369/2021, que está en análisis.