El Presidente Joe Biden hizo una advertencia a Rusia en la que señaló que cumpliría con su obligación de defender a sus aliados de la OTAN en caso de que Moscú ataque a un país miembro.
«Ni siquiera pienses en ir a una sola pulgada del territorio de la OTAN», dijo Biden, alzando la voz.
El discurso del Presidente estadounidense en el Castillo Real de Varsovia se produjo en medio de informes de que la ciudad ucraniana de Lviv, al otro lado de la frontera con Polonia, fue alcanzada por al menos dos misiles.
Los proyectiles alcanzaron objetivos en la parte este de Lviv, en o cerca de lo que se cree que es una instalación de almacenamiento de petróleo, y un espeso humo negro se elevó sobre la ciudad.
El ataque se produjo poco después de que Biden se reuniera con el Presidente polaco, Andrzej Duda, en el Palacio presidencial de Varsovia, donde prometió apoyo a Polonia, un aliado clave de la OTAN que ha expresado su temor de que la guerra en Ucrania se amplíe.
Durante la reunión, Biden dijo que Estados Unidos trataba su deber de defender a los aliados de la OTAN como «una obligación sagrada».
En su discurso, Biden presentó la guerra en Ucrania como la pieza central de una lucha más amplia entre ideologías globales en competencia.
«Estamos con ustedes», dijo Biden al condenar la afirmación del Presidente Vladimir Putin de que estaba «desnazificando» a Ucrania.
«Los costos rápidos y punitivos es lo único que hará que Rusia cambie de rumbo».
La visita del Presidente estadounidense a Varsovia se produjo después de que funcionarios militares rusos señalaran que Moscú podría estar reduciendo su objetivo militar, centrándose en el este de Ucrania y no en capturar las principales ciudades, pero algunos analistas advierten que podría tener la intención de desorientar mientras Rusia se reagrupa.
La visita de Biden concluye poco después de que el Mandatario Volodymyr Zelensky presionara nuevamente para mantener conversaciones sustantivas con Rusia en un discurso nocturno.
En esos comentarios, Zelensky dijo que los exitosos contraataques ucranianos estaban «llevando a los líderes rusos a una idea simple y lógica: hablar es necesario».