Como pianista, Sergio Vargas comenzó de niño con pequeños preludios de Bach y sonatinas de Clementi. Ahora, con 16 años, se ha adentrado en obras más complejas, como la Toccata de Prokofiev o el Concierto No. 1 de Beethoven.
Esta última obra marcará su retorno, esta noche y el domingo, a la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes como solista de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), con la batuta huésped de Iván López Reynoso.
Tocó por primera vez en el recinto con la OSN en 2016 en el espectáculo ¿Conoces a Wolfi?, donde interpretó al pequeño Mozart, y en 2017 fue invitado a regresar como solista de la agrupación con el Concierto para piano No. 8, también del genio de Salzburgo.
«Naturalmente, los cambios se van notando también en mi interpretación. Soy una persona diferente y pienso y siento de forma distinta, y eso se ve reflejado en la música», dijo el pianista en entrevista durante una pausa de un ensayo con la orquesta.
El joven músico describe el concierto para piano de Beethoven como una «obra llena de colores y diversidad», que le supone un reto interpretativo y técnico. Ya tocó esta pieza a principios de 2022 con la Camerata de Coahuila, en el Teatro Isauro Martínez.
«El primer movimiento está lleno de energía, de poder, de majestuosidad, de solemnidad. El segundo movimiento es muy bello, canta mucho la melodía, es muy vocal y el tercer movimiento es mucha diversión», comparte.
La pandemia significó una pausa para todos los artista en los escenarios musicales, y Vargas admite que extrañaba la emoción y la felicidad al presentarse.
El pianista asume el confinamiento como un periodo de autorreflexión que le permitió, además, descubrir nuevos intereses, como la literatura.
Radicado en su Torreón natal, prosigue sus estudios con la pianista Mariana Chabukiani y considera, a futuro, ingresar a un conservatorio.
Con una serie de conciertos se propone celebrar sus primeros diez años en la música, que cumplirá este septiembre.
Tras su regreso a Bellas Artes, hoy a las 20:00 horas y domingo a las 12:15 horas, pondrá los ojos en un concierto benéfico en Torreón este 19 de mayo como parte de su iniciativa «Inténtalo sin rendirte», en colaboración con Dime (Desarrollo Integral del Menor), que formó una orquesta con jóvenes. Lo recaudado servirá para comprar instrumentos para esta asociación y para apoyar otra iniciativa, «Espíritu que danza», abocada a brindar educación artística a niños en situaciones desfavorables.