Besar conlleva una serie de reacciones químicas en el cerebro que van más allá de la razón y que nos provocan emociones y sensaciones únicas
No, no eres el único, el deseo intenso de besar sí existe y tiene un nombre científico: filemamanía.
Bien dice Joaquín Sabina que «lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción».
Más allá de la mera acción de unir los labios, besar conlleva una serie de reacciones químicas en el cerebro que van más allá de la razón y que nos provocan emociones y sensaciones únicas, pero universales.
El primer beso es clave
De acuerdo con el académico de la Facultad de Química de la UNAM, Ignacio Camacho, los besos provocan tantas sensaciones que se les ha adjudicado ser el preludio de las relaciones sexuales, pero también la correcta selección de pareja.
Sí, para las mujeres es más importante que para los hombres, sobre todo el primer beso, pues este acto podría estar relacionado con la selección de pareja.
Las distintas sustancias que se encuentran en la saliva; las hormonas y proteínas son detectadas por la persona que besa, de un modo que aún se desconoce, pero que la podría llevar a pensar que su pareja es apta para mantener una relación que implique la procreación.
Además, si besas a alguien y no te sientes cómodo, en seguida cambia tu percepción sobre esa persona.
La importancia de los besos es tal que incluso se les ha concedido una celebración especial: el Día Internacional del Beso, que se celebra cada 13 de abril.
Si aún dudas sobre la existencia de la filemamanía, a continuación hallarás la explicación científica.
Los besos, una reacción química
Los besos son complejos en sí, los labios tienen 100 veces más sensibilidad que los dedos y tienen mayor representación en la corteza cerebral, debido a la importancia que tienen en el sistema fonoarticulador, involucrado en la comunicación verbal.
Ignacio Camacho, de la UNAM, indicó que al unir nuestros labios en un beso se liberan neurotransmisores relacionados al placer, así como moléculas llamadas péptidos opioides – lo que los hace tan adictivos – así como oxitocina y la vasopresina, sustancias muy importantes en el apego.
La filemamanía es real, quién no ha sentido deseo intenso de besar a esa persona especial y es que «un mundo nace cuando dos se besan», reconocía el poeta y ensayista Octavio Paz.