Bien establecido desde 1975 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el colectivo editorial artesanal Taller Leñateros enfrenta una amenaza de despojo.
La casa de Flavio Paniagua 54, en el barrio de Guadalupe, su sede durante décadas, es reclamada por los nietos del expropietario del inmueble, conocido en la localidad como Don Brígido, a pesar de que los talleristas pagaron por su compra.
Pero no formalizaron la operación ante notario antes de la muerte de Don Brígido en 2015, a los 90 años, quien en varias ocasiones acudió al DIF municipal para pedir que sus hijos no se le acercaran, pues, según recuerdan voceros del colectivo, nunca velaron por su cuidado y sólo querían su dinero.
En entrevista, Javier Balderas y Petra Hernández, de los Leñateros, exponen que los nietos del ex propietario buscan ahora en tribunales el desalojo del taller.
“De golpe y porrazo nos llega una demanda de los nietos de Don Brígido de que tenemos que dejar la casa”, denuncia el primero.
Aunque los jueces de primera y segunda instancia en Chiapas concedieron la razón al Taller Leñateros, la contraparte obtuvo de un juez federal la orden para los pares chiapanecos de emitir una nueva sentencia que tome en cuenta los derechos de los familiares.
Esta nueva sentencia, del 31 de marzo, resuelve que es válido un supuesto contrato verbal de arrendamiento con los nietos, que los talleristas, aseguran, jamás existió, y ordena el desalojo del inmueble.
“Dice nuestra abogada que aquí hubo corrupción, por eso es que los jueces federales no tomaron en cuenta, a cabalidad, los dos juicios primeros que nos dieron la razón”, señala Balderas.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, por su parte, analizará si la solicitud de revisión, promovida por los nietos, se hizo en tiempo y forma, y a principios de la próxima semana deberá pronunciarse.
El taller busca ampararse para evitar el desalojo y permanecer en la casa que en los años 80, con “mucho sacrificio, ahorros y solidaridad de otras personas”, se pudo ir pagando, y Balderas sostiene que cuentan con los recibos firmados que lo demuestran.
“Don Brígido quería mucho al taller”, cuenta, y solía ir a desayunar con los Leñateros.
“No es justo que ahora nos quiten la casa”, añade Hernández.
El Taller Leñateros, fundado por la poeta Ambar Past, es un colectivo formado por mujeres y hombres indígenas tzotziles y de otros pueblos originarios, y con su trabajo se proponen “reivindicar el arte maya contemporáneo”. Sus libros destacan por su cuidado artesanal, exquisitos en ilustraciones y encuadernados.
Su trabajo puede conocerse en www.tallerlenateros.com.
