Un prisionero de Carolina del Sur programado para ser el primer hombre ejecutado en el estado en más de una década decidió morir por fusilamiento en lugar de en la silla eléctrica, según documentos judiciales.
Richard Moore, de 57 años, es también el primer reo de la entidad que se enfrenta a la elección sobre su ejecución, luego de que el año pasado entrara en vigor una ley que permite a los presos condenados a muerte elegir entre la electrocución o el fusilamiento.
Moore ha pasado más de dos décadas de su vida en la cárcel tras ser condenado por el asesinato en 1999 del empleado de una tienda de conveniencia en Spartanburg.
Su ejecución, la primera en Carolina del Sur desde 2011, está programada para el 29 de abril. Tres trabajadores penitenciarios apuntarán sus rifles hacia su corazón.
La nueva ley fue impulsada tras una pausa de una década en las ejecuciones, que los funcionarios de los penales atribuyen a la incapacidad de obtener los medicamentos necesarios para realizar las inyecciones letales.
En una declaración escrita, Moore dijo que no admitía que ninguno de los métodos fuera legal o constitucional, pero que se oponía con más fuerza a la muerte por electrocución y sólo eligió el fusilamiento porque se le pidió que tomara una decisión.
Sus abogados han pedido a la Suprema Corte estatal retrasar la muerte mientras el tribunal determina si los métodos disponibles son un castigo cruel e inusual.
Carolina del Sur es uno de los ocho estados de EU que todavía usan la silla eléctrica y uno de los cuatro que permiten el fusilamiento, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, una organización con sede en Washington.