En una zona industrial antaño próspera de Estados Unidos, y ahora en decadencia, se sitúa la nueva producción de Lucia de Lammermoor, de Gaetano Donizetti, que marca el esperado retorno de Javier Camarena a la Metropolitan Opera House.
El tenor mexicano se encontraba precisamente en Nueva York cantando La Cenicienta cuando el 13 de marzo de 2020 se decretó el confinamiento por la pandemia de Covid-19.
Enfrascado ya en los ensayos antes de su regreso, este sábado, Camarena asegura sentirse emocionado y nervioso después de que no ha hecho mucha ópera en los últimos nueve meses, salvo una Lucia de Lammermoor y El elíxir de amor en julio y noviembre pasados.
El mexicano debutó el rol belcantista de Edgardo, el enamorado de Lucia, en 2018 en el Teatro Real de Madrid, y ahora lo interpretará en la Met en una puesta en escena de Simon Stone que el cantante juzga como «inteligente» y «humana» en el tratamiento de los personajes.
«Casi que nos escogieron por latinos a los personajes principales, por lo menos a Lucia (Nadine Sierra) y a mí; somos dos chicos enamorados. Voy prácticamente vestido como cholo con los pantalones holgados, sudadera, gorro y chamarra; Lucia va con sus jeans rotos y ombliguera», describe el cantante en entrevista.
Al salir de uno de los ensayos, Camarena se acercó a una persona que aguardaba en la puerta de artistas y le preguntó su opinión sobre la producción, interesado en conocer la reacción del público.
«Me dijo: ‘Yo fui a una preparatoria donde había una comunidad latina importante; yo a este Edgardo sí lo conozco’. Eso se me hizo muy padre porque aterriza a todos los personajes y puedes vivir de una manera más directa el drama por el que atraviesan».
El drama de la ópera, basada en la novela de Walter Scott La novia de Lammermoor, se mantiene intacta.
La joven Lucia pertenece a la familia de los Ashton, que vive su declive. Enrico, el primogénito, planea casar a su hermana con Lord Arturo Bucklaw, pero ella ama a Edgardo de Ravenswood, enemigo acérrimo de Enrico, quien asesinó al padre de Edgardo y despojó a la familia de su patrimonio.
«Lucia está sometida a la voluntad de un hombre. Eso pasaba en el tiempo de Donizetti y es una situación tan real ahora mismo. Y si uno tiene esta capacidad de abrir la mente, como público, de no solamente apreciar la ópera por su belleza estética sino también por su contenido dramático y por el mensaje que pueda dejarte, vas a poder disfrutarla mucho».
El Met siempre ha sido un escenario especial para el tenor veracruzano, donde ha cosechado varios bises. Aunque esta vez, lo descarta por completo.
«No, gracias», ataja. «Hay óperas que se prestan, como La hija del regimiento; con un número que para el show con Lucia me tocó una vez en el Liceu (de Barcelona), un bis del sexteto, pero no siento que sea una ópera en la que se pueda permitir, y sobre todo esta producción, donde todo va tan amalgamado que sería romper muy cruelmente».
Identifica a Lucia de Lammermoor como su ópera favorita entre los títulos de Donizetti que hasta ahora ha abordado en su carrera, entre ellos La hija del regimiento, El elíxir de amor, La favorita o Don Pasquale, aunque no ha cantado tanto Donizetti como Gioachino Rossini hasta ahora.
En Lucia no encuentra mucho margen para variaciones, pero al menos buscará imprimir algo distinto a la personalidad de Edgardo, a quien siempre ha percibido como un hombre muy temperamental.
Cada vez que interpreta el rol, se propone descubrir algún detalle para mantener vivo su interés en el personaje y no aburrirse. Le sucedió con El barbero de Sevilla, que prefirió dejar de cantar. Ahora, admite, le gustaría protagonizar alguna función de ese título de Rossini.
En la casa de ópera neoyorquina siguen aplicándose los protocolos Covid con tres pruebas a la semana a los cantantes y el uso obligatorio del cubrebocas al dejar el escenario.
«No está en mis planes cancelar nada», dice Camarena, de vuelta en el escenario de la Met.
La obra será transmitida en cines dentro de la serie «The Met: Live in HD» este 21 de mayo.