Elon Musk ha insistido en que uno de sus objetivos con la compra de Twitter, que se está negociando en estos momentos, es reforzar la libertad de expresión. ¿Pero qué significa esto? Un analista piensa que Musk podría hacerlo con «muy pocas reglas» y que su gestión podría beneficiar a extremistas y populistas.
CNN En Español
Según el reporte de The New York Times y otros medios, es inminente el acuerdo para que el hombre más rico del mundo se haga del control de Twitter, días después de su anuncio de que había obtenido US$ 46.500 millones en financiamiento para comprar la red social.
Ese anuncio tenía antecedentes: hace menos de un mes, Musk dijo que había adquirido una participación del 9,1% en la empresa y manifestó claramente su visión sobre la necesidad de transformar la plataforma.
«Invertí en Twitter porque creo en su potencial de ser la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo. Y creo que la libertad de expresión es un imperativo social para una democracia que funcione», dijo Musk en su carta de oferta a Twitter. «Sin embargo, desde que hice mi inversión, ahora me doy cuenta de que la empresa no prosperará ni cumplirá con este imperativo social en su forma actual. Twitter debe transformarse en una empresa privada», añadió.
Libertad de expresión «con muy pocas reglas»
Carlos Parra, profesor del Departamento de Sistemas de Información y Análisis de Negocios de la Universidad de Florida, considera que Musk «va a promover la libre expresión del modo que él quiere, con muy pocas reglas».
«Cuando él dice que quiere llevarla a ser privada (a Twitter), es que él no está muy dispuesto a escuchar lo que digan inversionistas. Y tampoco creo que le vaya a importar mucho que haya deserción de usuarios y de empleados», afirma. Es decir, que su promoción de la libertad de interés sería con una «baja consideración por las preferencias de grupos de interés».
Esto «va a ser bueno para una minoría de usuarios que son extremistas, que son populistas», dice, pero no para una mayoría de usuarios a la que él denomina como «mayoría exhausta», que ya es consciente de la polarización inducida por las redes sociales.
Si bien el analista no mencionó ejemplos específicos, Twitter cuenta con una política muy conocida para aplicar, por ejemplo, frente a los casos de desinformación o de mensajes que incitan al odio, políticas en el marco de las cuales toma medidas que van desde mensajes de advertencia hasta suspender cuentas.
En este sentido, Parra considera que podría ser un proceso bien diferente al que siguió otro de los hombres más ricos del planeta, Jeff Bezos, con la compra de The Washington Post, porque él dejó que el periódico siguiera «con el hilo conductor y la línea de trabajo que venía ejerciendo».
Las ventajas de ser un multimillonario
La junta directiva de Twitter se reunió el domingo para evaluar la oferta de Musk de comprar todas las acciones de la compañía, que actualmente no tiene, por US$ 54,2 cada una, confirmó a CNN una fuente familiarizada con el acuerdo. La fuente señaló que las discusiones sobre la oferta de Musk son serias.
En los días posteriores a la oferta de Musk, la junta directiva de Twitter implementó la llamada «píldora venenosa», que le haría más difícil al multimillonario adquirir la compañía sin su aprobación. También hubo dudas sobre si la empresa intentaría encontrar otro comprador. Sin embargo, ahora los reportes indican que el acuerdo podría llegar tan pronto como este lunes.
«La ventaja de ser un multimillonario es que una inversión de estas, de este tipo, las hacen conscientes de que puede salir muy bien o puede salir muy mal», explica Parra. «No es algo en lo que creo que Elon Musk esté esperando un gran retorno. Él simplemente está diciendo: ‘Yo tengo una visión acerca de como creo que se debería dirigir Twitter y la voy a implementar, independiente de si es un buen negocio o no'».
¿Qué beneficio podría reportar que Twitter pase a estar en manos del CEO de SpaceX? Parra considera que «nos va a hacer todavía más conscientes de la importancia de obtener noticias e información de lugares donde hay editores, donde hay personas que verifican los datos y los hechos y donde las emociones y gatillar las emociones no es lo primordial».