Especialistas de la Universidad de Ginebra han detectado un factor de propagación de la metástasis en los huesos.
Cuando las células cancerosas se desprenden de un tumor primario y migran a otros órganos, esto se denomina cáncer metastásico. Los órganos afectados por estas metástasis, sin embargo, dependen en parte de su tejido de origen. En el caso del cáncer de mama, suelen formarse en los huesos. En un intento por identificar qué determina los órganos afectados por la metástasis, un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE), en colaboración con investigadores de la ETH de Zúrich (Suiza), ha identificado una proteína implicada en este fenómeno.
Este descubrimiento, que ha sido publicado en la revista ‘Nature Communications’, podría conducir al desarrollo de enfoques terapéuticos para suprimir la metástasis. Este estudio confirma la importancia de la plasticidad de las células tumorales durante el proceso metastásico y podría permitir, a largo plazo, considerar nuevos enfoques terapéuticos para prevenir la aparición de metástasis.
Desde el sitio primario de un tumor, las células cancerosas pueden invadir su microambiente y luego circular a través de los vasos sanguíneos y linfáticos hacia tejidos sanos distantes para formar metástasis. En el caso del cáncer de mama metastásico, las células cancerosas colonizan principalmente los huesos, pero también se pueden encontrar en otros órganos como el hígado, los pulmones o el cerebro.
Aunque los mecanismos moleculares y celulares responsables de las diferentes etapas del proceso metastásico aún no se comprenden completamente, los estudios muestran que la plasticidad celular juega un papel importante. Este término se refiere a la capacidad de las células para cambiar de función y/o forma. Así, las células tumorales que se vuelven metastásicas cambian de forma y se vuelven móviles.
El laboratorio del profesor Didier Picard del Departamento de Biología Molecular y Celular de la Facultad de Ciencias está interesado en los mecanismos que gobiernan los procesos metastásicos relacionados con el cáncer de mama. Su grupo colaboró con el grupo del profesor Nicolás Aceto en ETHZ para estudiar estos procesos en ratones. Los biólogos investigaron el papel potencial de la proteína ZEB1, conocida por aumentar la plasticidad celular, en la migración de células de cáncer de mama.
A diferencia de las mujeres, los ratones trasplantados con células de cáncer de mama humano desarrollan metástasis en los pulmones, no en los huesos. Por lo tanto, buscamos identificar factores capaces de inducir metástasis en el tejido óseo y, en particular, probamos el efecto del factor ZEB1″, señala Nastaran Mohammadi Ghahhari, investigador del Departamento de Biología Molecular y Celular y primer autor del estudio.
En experimentos de migración e invasión ‘in vitro’, los científicos encontraron que las células cancerosas que expresaban ZEB1 se trasladaron al tejido óseo, a diferencia de las células cancerosas que no lo expresaban. Estos resultados se confirmaron más tarde cuando se trasplantaron células de cáncer de mama humano a las glándulas mamarias de ratones. Si las células cancerosas no expresaban ZEB1, la metástasis se producía principalmente en los pulmones.
En cambio, cuando ZEB1 estaba presente, también se desarrollaban metástasis en los huesos, como es el caso de las mujeres. «Por lo tanto, podemos suponer que este factor se expresa durante la formación del tumor y que dirige las células que han adquirido características metastásicas a los huesos», explica Didier Picard, el último autor del estudio.