Ese miércoles autoridades de Colombia extraditaron al narcotraficante Dairo Antonio Úsuga, alias «Otoniel».
Colombia extraditó el miércoles a Estados Unidos al acusado narcotraficante y máximo líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias «Otoniel», informó el presidente Iván Duque, la entrega más importante en la historia reciente del país que pone fin a una larga disputa judicial.
La extradición se produjo después de que el Consejo de Estado levantó una orden de suspensión provisional que prohibía la entrega de Úsuga a Estados Unidos por una demanda de presuntas víctimas del acusado narcotraficante que buscaban que permaneciera en Colombia y confesará sus delitos.
Ha sido extraditado Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel'», dijo el presidente Duque en una declaración en compañía de altos funcionarios de su Gobierno y de los comandantes de las Fuerzas Militares.
Este delincuente es solamente comparable con Pablo Escobar. No solamente se trata del narcotraficante más peligroso del mundo, sino de un asesino de líderes sociales, abusador de niños, niñas y adolescentes, asesino de policías y uno de los más peligrosos criminales del planeta», aseguró el mandatario.
El acusado narcotraficante fue trasladado bajo estrictas medidas de seguridad desde un cuartel de la Policía Nacional en donde permanecía detenido hasta un hangar del aeropuerto El Dorado de Bogotá en donde fue entregado a funcionarios del Gobierno de Estados Unidos, dijeron fuentes de seguridad.
El dispositivo incluyó el traslado de Úsuga en una tanqueta blindada que fue escoltada por motocicletas y otros vehículos hasta el aeropuerto en donde abordó un avión enviado desde Estados Unidos.
Esposado de manos y fuertemente custodiado, Úsuga portaba un chaleco antibalas y un casco al momento de la entrega.
La extradición es una de las principales herramientas con que cuenta Colombia para combatir el narcotráfico y la más temida por los traficantes de drogas.
La figura fue abolida en 1991 en una asamblea que reformó la Constitución en medio de una campaña de amenazas, asesinatos y ataques con bombas de narcotraficantes. Sin embargo, fue restablecida en 1997 con una reforma aprobada por el Congreso.
Úsuga, de 50 años, fue capturado por las Fuerzas Armadas de Colombia a finales de octubre pasado durante una operación en una zona rural de la región del Urabá, en el departamento de Antioquia, que involucró a más de 500 miembros de las Fuerzas Especiales y 22 helicópteros, poniendo fin a una persecución de siete años.
CARGOS EN ESTADOS UNIDOS
Úsuga es requerido por la justicia estadunidense por delitos de tráfico de narcóticos, concierto para delinquir y porte ilegal de armas, según la solicitud presentada por Washington ante el Gobierno de Colombia. Estados Unidos ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por información que permitiera su ubicación y captura.
Alias «Otoniel» traficaba entre 180 toneladas y 200 toneladas de cocaína al año con el Clan del Golfo, y es responsable de la muerte de más de 200 miembros de las fuerzas de seguridad de Colombia, según las autoridades del país sudamericano.
El Clan del Golfo cuenta con más de 1.200 combatientes y está relacionado con el narcotráfico y la minería ilegal, así como con asesinatos de líderes comunitarios, según fuentes de seguridad.
Los abogados de Úsuga buscaban impedir su extradición con el argumento de que debería ser admitido en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en donde estaba dispuesto a confesar su responsabilidad en el conflicto interno de casi seis décadas que ha dejado 260.000 muertos y a revelar nexos de algunos efectivos de las Fuerzas Militares con grupos armados ilegales.
La JEP surgió de un acuerdo de paz firmado en 2016 con la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que permitió la desmovilización de 13.000 de sus integrantes y contempla penas más leves que las del sistema de justicia ordinario.
Duque dijo que una vez cumpla sus sentencias en Estados Unidos, Úsuga regresará a Colombia para pagar por los crímenes que cometió en el país sudamericano y que mientras tanto deberá seguir colaborando con las autoridades.
A pesar de décadas de lucha contra el narcotráfico, Colombia sigue siendo uno de los principales productores mundiales de cocaína y enfrenta la presión de Estados Unidos para reducir los cultivos de hoja de coca y la producción de la droga, que financia a los grupos armados ilegales en medio de un prolongado conflicto interno.
En el narcotráfico están implicadas disidencias de la antigua guerrilla de las FARC que rechazaron un acuerdo de paz firmado en 2016, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y bandas criminales, como el Clan del Golfo, según fuentes de seguridad.