Por Lilia de la Fuente
“FRUTOS DEL AMOR”
Bendito Dios
por que me dio la vida,
me dio las cosas buenas,
las malas permitió;
lo bueno lo recuerdo
día con día,
lo malo está olvidado,
atrás quedó…
ahora ante la vida
reacciono diferente,
lo que me dio de bueno
lo regreso feliz;
y todo, todo aquello
que me causó una herida,
ahora lo devuelvo
con lo mejor de mi.
El pasado ha pasado,
se perdió en el poniente;
el presente se siente
y nos hace vibrar;
el futuro inseguro
nos asecha y entrampa
y ante el libre albedrío
está la voluntad.
Si consciente decido
entregarme a la gente,
cantarles lo que siento
dándoles lo mejor;
no le temo al futuro
porque vivo en el presente,
si mirando de frente
les doy,
“frutos de amor”.
“HIJOS INGRATOS”
Hijos ingratos los que muchas veces
le dicen a sus madres fríamente:
¡al mundo me trajiste por tus ganas!
¡yo no te lo pedí! ¿estás consciente?
Me tienes que vestir con ropa fina
para poder cumplir en ese ambiente;
la sociedad exige muchas cosas
y reuniones con gente prominente.
Escogí una carrera muy difícil,
no puedo trabajar al mismo tiempo,
si haces pasteles;
remiendas, lavas, planchas,
cuando termine ¡ya verás,
será otro cuento!.
En asilos de ancianos hay viejitas,
que los hijos recluyen sin pensar;
que les dieron amor
y hasta la vida,
y después, los olvidan sin piedad.
“NO CLAUDIQUES”
No permitas que te ensucie el cieno
ni que el fango de la vida te corrompa;
y no escuches la frases que envenenan,
ni las palabras candentes que abochornan.
No desciendas del monte a los abismos
ni del río a las trágicas honduras;
¡No claudiques! Levanta tu estandarte,
y en la vida, no busques aventuras.
Solo un camino por seguir existe,
de rectitud, de bien y de esperanza;
si construyes tu vida con cordura,
amor eterno, el corazón alcanza.