Las tropas rusas se retiraban de la segunda ciudad más grande de Ucrania tras una semana de bombardeos intensos, dijo el Ejército ucraniano este sábado. Mientras, las fuerzas de Kiev y Moscú libran una dura batalla por el este del país.
El Estado Mayor ucraniano afirmó que los rusos estaban abandonando Járkov, una ciudad del noroeste, y centrándose en la protección de las rustas de suministros, al tiempo que lanzan ataques de mortero, artillería y aéreos sobre la región oriental del Donbás para «agotar a las fuerzas ucranianas y destruir las fortificaciones».
Según el Ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, Ucrania estaba «entrando en una nueva fase, de larga duración, de la guerra».
«Actualmente, nadie puede predecir cuánto durará esta guerra», afirmó el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
La ofensiva rusa en el Donbás, el corazón industrial de Ucrania, parecía estar convirtiéndose en una lucha pueblo a pueblo de ida y vuelta, sin grandes avances para ninguno de los dos bandos.
Tras fracasar en la toma de la capital ucraniana, Kiev, Moscú decidió centrarse en la región oriental, pero sus tropas han tenido problemas para ganar terreno.
Zelensky resaltó los avances de sus fuerzas, que en los últimos días recuperaron el control de seis localidades o aldeas.
Según funcionarios occidentales, las tropas de Kiev hicieron retroceder a las de Moscú de las inmediaciones de Járkov, que era un objetivo clave en la ofensiva del Kremlin.
«Los rusos no han hecho realmente mucho en cuanto a avances tácticos recientemente», señaló un funcionario occidental, que describió la línea del frente como «oscilante».
«Los ucranianos siguen lanzando contraataques, especialmente en las inmediaciones de Jersón y Járkov. Esperamos que esto se convierta en una larga batalla de desgaste», apuntó el funcionario, que habló bajo condición de anonimato para discutir información de inteligencia.