Las temperaturas extremas que se sienten en Monclova son padecidas especialmente por familias de la periferia, sin posibilidad de atenuar el calor con un aparato
Carolina Salomón
Dormir en los patios o techos sobre colchones, cobijas tendidas en el suelo, bañarse antes de ir a acostarse o levantarse hasta dos veces en la madrugada para remojarse; es la vida a 43 grados centígrados de muchas familias de colonias de la periferia en Monclova.
Esta actividad la hacen cada verano aquellos que no tienen energía eléctrica o que carecen de recursos económicos para comprarse un aparato de aire.
En colonias más urbanizadas la práctica de dormir sobre la casa o en los jardines es cada vez menos frecuente por el miedo a los delincuentes que aprovechan cualquier oportunidad para vaciar los domicilios.
Sin embargo en sectores como la Ampliación 21 de Marzo que carecen de la mayoría de los servicios públicos es una forma de evitar el calor aunque saben que no están exentos del riesgo.
En los últimos días se han registrado temperaturas hasta de 43 grados en el municipio de Monclova, lo que obliga a los habitantes de dicho asentamiento irregular a tomar medidas para no sentir calor.
DESHIDRATACIÓN LA LLEVÓ A LA HOSPITALIZACIÓN
“Hace mucho calor, yo estuve internada 3 días en la Cruz Roja porque me estaba deshidratando por el calorón, andan varios niños malos pensamos nosotros que también es por eso”, dijo, Abigail Martínez.
Mencionó que se le quemó su jacal hace unos días y le prestaron un cuartito hecho a base de madera, lamina, lonas y plástico.
Como cada temporada de calor, las camas y cobijas las puso en el patio donde ahí duerme con sus 7 hijos en lo que una iglesia cristina le termina de construir un cuartito de concreto.
Sabe de dos casos de un niño de 10 años y una niña de 11 que traen dolores estomacales, vómito y temperatura.
La mujer cree que son golpes de calor por las temperaturas extremas que se han registrado en la ciudad pero dijo que sería importante que alguien acudiera a atender a esos menores para evitar que se pongan más graves.
“AQUÍ TODOS NOS REMOJAMOS”
Comentó que en su sector muchas personas duermen en los patios o techos porque no tienen ni siquiera un abanico de aspas o no cuentan con energía eléctrica.
“Yo me sentía bien mal porque está muy caliente aquí pero ya se le pasa a uno y a los niños dándonos nuestra buena remojada, todos juntos nos metemos a la bañera”, dijo.
Quienes cuentan con luz y agua se la “roban”, estirando el cableado hasta sus hogares o conectando tuberías desde las calles donde hay vecinos que sí pagan los servicios ante Comisión Federal de Electricidad y el Sistema Intermunicipal de Aguas y Saneamientos.
En su caso, siempre ha tenido luz pero nunca ha contado con el espacio suficiente para acomodar las camas donde duermen sus hijos por ello cada verano opta por dormir en el patio.
“SOLO LLEGA UN CHORRITO DE AGUA”
La madre de familia dijo que tiene 3 años viviendo en la Ampliación 21 de Marzo donde le regalaron un terreno y el agua llega un día sí, al otro no y solo cae un chorrito.
“Nomas se alcanza a llenar las bañeras y me meto con mis 7 hijos pero no es suficiente para alcanzar a hacer todos los quehaceres de la casa”, indicó.
“MAMI EL ABANICO YA SE DESCOMPUSO”
Uno de los 7 hijos de Abigail gritó que el ventilador de pedestal se descompuso, aunque duerme junto a su hermano en el patio sobre un cobertor y una sábana encima, el abanico de aspas lo utilizaban para ahuyentar los mosquitos pues viven muy a la horilla del arroyo y por la noche pareciera que hubiera una plaga.