El reconocimiento a la gráfica popular del País, la misma que ha decidido eliminar la Alcaldesa Sandra Cuevas de comercios populares en la Cuauhtémoc, trasciende fronteras y se granjea espacios de exhibición en museos de todo el mundo, contrasta Deborah Holtz, editora de Trilce, sello que publicó Sensacional de diseño mexicano, un libro que ya tiene más de siete ediciones.
Este título reúne más de 500 imágenes de rótulos, carteles, empaques, letreros y demás anuncios pintados sobre puestos callejeros, pequeños comercios, bardas o mercados de todo el País, captados por numerosos fotógrafos a partir de un proyecto del diseñador Juan Carlos Mena que comenzó hace 25 años.
Se trata, dice Holtz en entrevista, de la documentación de una gráfica orientada a la venta de productos. Es decir, utilitaria y en peligro de extinción -al menos en la Cuauhtémoc- en aras de un diseño uniforme como parte de la denominada Jornada Integral de Mejoramiento del Entorno Urbano.
A partir del libro surgió una exposición con más de 700 piezas que se ha presentado en ciudades como Nueva York, San Francisco y Washington, en Estados Unidos; Zaragoza, en España; Alejandría, en Egipto; Bogotá, en Colombia, y, claro, la Ciudad de México, y actualmente se exhibe, con apoyo de Efiartes, en el Centro Estatal de las Artes en San Luis Potosí. Incluso, el proyecto alcanzó las pantallas al devenir en una serie transmitida en Canal Once.
Contra todo este impacto, a Holtz le sorprenden las acciones de Cuevas.
“Los que nos hemos dedicado a recopilar, a admirar, a llevar al mundo entero la grandeza de la gráfica popular mexicana estamos escandalizados, porque las acciones de la Alcaldía Cuauhtémoc denotan la ignorancia del valor que este tipo de gráfica tiene en sí misma y lo que representa en términos de la cultura mexicana”, expresa la editora, e invita a Cuevas a visitar esta muestra para que conozca el valor de estas expresiones, así como su desparpajo, su gracia y su sentido del humor.
“Invitamos a @SandraCuevas a la exposición #Sensacional de DiseñoMexicano @CEARTSLP, a ver si reconsidera lo que a todas luces es una falta de conocimiento y respeto por una de las expresiones culturales más representativas de los mexicanos”, tuiteó el viernes.
Tal vez si asiste a un espacio museístico que exhibe gráfica popular pueda recapitular, añade Holtz, y propone que la Alcaldía suministre a los locatarios recursos económicos para que rotulen de nuevo sus comercios.
“Es una decisión autoritaria que desde nuestro punto de vista viola los derechos de quienes han contratado a rotulistas para expresar aquello que quieren vender”, enfatiza.
UNA DECISIÓN CLASISTA
El historiador de arte Aldo Solano Rojas, especializado en arquitectura y espacio público, observa también autoritarismo en la medida de la Alcaldía, y discriminación, además, porque no se aplicó a los puestos pintados con logotipos de periódicos o de marcas comerciales como Coca-Cola, advierte.
“Parecería que este Gobierno sí tolera la contaminación visual asociada a las grandes corporaciones, pero no tolera al pequeño empresario más cercano a la identidad mexicana tradicional, por ello se ha planteado que la decisión tiene motivaciones clasistas y racistas”, añade en entrevista el candidato a doctor por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
El rotulismo abreva de múltiples referencias, como la tipografía de los años 50 o la caricaturización, detalla.
“Esta mezcla”, añade, “junto con la diversidad cromática hacen que el rotulismo chilango tenga un lenguaje propio”.
El oficio se extingue no sólo en la Cuauhtémoc, donde ya se han eliminado los rótulos de mil 500 puestos, sino también en las alcaldías de Xochimilco y Gustavo A. Madero, donde también se han “blanqueado” los comercios y locales, informa Solano.
Cuestiona que la autoridad se atribuya la decisión de calificar qué es o no arte.
“Pero ése no es el punto. Lo importante es que (este tipo de expresión gráfica) nos da identidad y es el derecho de los puesteros a tener sus rótulos, a comunicarse gráficamente y a distinguirse. También es nuestro derecho como usuarios del espacio público a tener expresiones populares y a disfrutarlas y preservarlas. Ese derecho está siendo limitado por la autoridad que no lo considera arte. Ese no es su trabajo”, insiste.
Para preservar en la memoria estas expresiones, surgió la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (Rechida), de la que forma parte Solano Rojas y que recibe colaboraciones en su perfil de Instagram (@re.chida).
También se geolocalizan éstas en un mapa y preparan una publicación.