Por FRANCISCO TOBIAS
Durante las 4 semanas más recientes el peso mexicano se ha apreciado frente al dólar norteamericano y en la semana anterior la moneda mexicana terminó invicta ante la misma divisa. Es decir que si comparamos el tipo de cambio de hace un mes con el del día de hoy el dólar cuesta menos pesos en estos momentos, pero si hacemos esta comparativa día a día durante los 7 días más recientes, todos los días el peso recuperó camino, sin excepción. De hecho, el dólar está en su precio más bajo de los dos últimos años.
El tipo de cambio nominal es el precio de una unidad de moneda extranjera expresado en términos de la moneda nacional, para nuestro caso la cantidad de pesos que pagamos por un dólar. Pareciera una definición algo sencilla y que estas transacciones son algo de poca importancia, sin embargo es digno de señalar que el tipo de cambio es importante porque facilita el comercio internacional y la transferencia de fondos entre países. Además permite la comparación de precios de productos similares en diferentes países.
Cuando una moneda sufre un aumento de su precio en términos de la divisa se se le conoce como revaluación o apreciación y cuando sucede los opuesto, es decir que se tiene que pagar más por una divisa se le llama devaluación o depreciación.
Ha sucedido algo impresionante, para el peso mexicano pues ha mantenido su fortaleza a pesar del aumento en la tasa de interés en los EUA o sin importar la tendencia hacia la baja que ha sufrido Wall Street, hechos que “deberían” de haber causado una depreciación del peso frente al dólar. Los motivos de este comportamiento de nuestra moneda se deben por un lado al incremento, y cada vez mayor, de las remesas, también a que la inflación, a pesar de que en México ha sido alta, en la economía de nuestros vecinos del norte el aumento en los precios ha sido mayor. Sin olvidar la reacción rápida y acertada del Banco de México al aplicar una politica monetaria resticitva con el aumento de la tasa de interés, conocida como la tasa de referencia.
La moneda mexicana ha estado experimentado una apreciación, y como todo fenomemo económico, cual si fuera una moneda, vaya paradoja, tiene dos caras.
Por un lado, se compensa la inflación que está sufriendo la economía norteamericana, logrando así evitar un aumento en los precios que se generaría por un el tipo de cambio, si este aumentará. Beneficiando a la industria y por supuesto a los consumidores, ya que a pesar de que no todo nuestro comercio es con el gigante de Norteamérica, todo el comercio que realizamos con el exterior es en dólares norteamericanos.
El otro lado de la moneda no es tan agradable, pues una apreciación en el tipo de cambio genera un encarecimiento de nuestros productos hacia el exterior, y no me refiero únicamente a los bienes que intercambiamos sino debemos de incluir servicios como la mano de obra que se demanda en la industria.
Estas dos consecuencias, entre otras más que existen, provocan tanto el aumento en las importaciones como una reducción en las exportaciones, generando un déficit comercial, situación que tendrá que financiarse con endeudamiento ya sea público o privado, esto debido a que al importar más que lo que exportamos existe una salida mayor de dólares de los que entran en nuestra economía.
Hoy tenemos un super peso ojalá no encontremos, pronto, una mina de kriptonita.