Por Wendy Riojas
Liz Vanegas de Quickenden se convirtió en la primera mexicana en recibir la medalla “The Queen’s Platinum Jubilee Medal 1952-2022”, por 12 años de servicio como Socorrista Comunitaria, una actividad que decidió desarrollar luego de vivir en carne propia la angustia y la espera de una ambulancia.
Con raíces coahuilenses, su madre vivía en el ejido Baján y su abuelo era propietario de minas de plata en esta entidad, aunque ella nació en Monterrey, Nuevo León.
Actualmente se encuentra en la Villa Cleobury Mortimer, una localidad situada en el condado de Shropshire, en Inglaterra (Reino Unido), la cual, se encuentra alejada de hospitales.
En la entrevista, relata: “Yo tengo 12 años de ser socorrista voluntaria. Estoy en una Villa, y el Hospital más cercano se encuentra a una hora y media, entonces, muchas veces para que llegue una ambulancia tarda bastante”.
Y relata: “Yo tuve un hijo, que en paz descanse, y sé lo que se siente esperar una ambulancia, los minutos son horas, se hacen eternas, y por lo mismo, que se lo que se siente, quise ayudar a la gente y tengo 12 años de hacerlo voluntariamente”.
Actualmente Liz Vanegas es la Coordinadora de Socorristas en su área y en su Distrito. Ella es la primera en llegar, en brindar los primeros auxilios, la resucitación cardiopulmonar (CPR) en colocar el oxígeno y el desfibrilador en lo que llega la ambulancia.
En su experiencia de vida recuerda: “Mi hijo nació con 8 agujeritos en su corazón, tuvo 2 operaciones de corazón abierto y 3 catéter y el falleció de 2 años 2 meses un 1 de diciembre de 1998, ahí vi la necesidad”:
Y agrega: “Cuando mi hijo estaba vivo yo tuve que llamar 4 veces a la ambulancia para transportarlo al Hospital de Emergencia, y sentía esos 15, 20 o 30 minutos como una eternidad, sufrí eso, viví eso, y de ahí, quise sacar algo positivo, ayudar a la gente”.
Menciona que en momentos de angustia, de presión o de tristeza es importante un apoyo moral, que alguien te tome de la mano y te diga ‘aquí estoy’, ya que, la gente lo agradece mucho y se siente más confiada y más protegida.
En la entrevista, explica: “Si alguien está sangrando demasiado tengo la facilidad de ponerles el torniquete. Es el primer auxilio, los vendajes, el torniquete, el oxígeno, el CPR, no el medicamento, no lo manejamos”.
Relata que ha tenido experiencias muy gratas y muy difíciles, ya que, le llaman por paros cardiacos, accidentes, quemaduras, cortadas, caída de caballos, huesos quebrados, entre otros y su circunferencia es de su domicilio a 6 millas alrededor.
TIENE EN SU CASA RADIO DE COMUNICACIÓN
Y explica: “A veces me llaman por un paro cardiaco, y la persona, cuando la encuentran, está fallecida, entonces la persona que me llamó se convierte en mi paciente, ahora veo por él o por ella, porque entran en crisis nerviosa o empiezan a gritar o llorar”.
Ella menciona que recibió cursos los viernes, sábado, domingo de 9 de la mañana a 5 de la tarde por 2 meses, los fines de semana y posteriormente hizo 16 horas en ambulancia, con paramédicos, para aprender de manera voluntaria.
Y relata: “Después te lanzas sola. Yo tengo un radio en mi casa y me llaman de control, voy y le doy auxilio a la persona, al ser voluntariada, tengo la oportunidad de decir de tal hora a tal hora estaré conectada”.
Liz relata que conoció a su marido (inglés) en la Ciudad de México cuando trabajaba como asistente personal del Director General de una compañía. “Ahí contratamos a mi marido y a su equipo de ingenieros porque íbamos a ser plantas de tratamiento de agua”.
Menciona que lo conoció en noviembre de 1995, se casó en junio de 1996 y de ahí se fueron a vivir a Escocia, donde él vivía y donde había temperaturas de hasta -13 o -14 grados centígrados y nevadas y posteriormente a Inglaterra donde tiene 27 años.
Finalmente menciona: Estoy sumamente orgullosa de mi medalla, soy la primera mexicana en recibir una medalla de tanto honor de la Reina, sobre todo el Platinum, y muy feliz de mi labor”.