La escritora y artista sonora Martha Riva Palacio publica, en coautoría con una bot, ADA-L, El mono infinito, un libro que explora la poética de los lenguajes no humanos y reúne las obsesiones de la autora por la ciencia y la tecnología.
“El lenguaje de los bots se vuelve un reflejo de cómo se construye el lenguaje en lo humano, sus causalidades, y hasta los errores que a veces aportan belleza al habla”, señala en entrevista sobre este audaz proyecto, alejado de las narrativas lineales, que ilustra Gala Navarro.
“El Teorema del Mono Infinito”, se lee en el libro, “afirma que si un mono pulsa de forma aleatoria el teclado de una máquina de escribir por un intervalo infinito de tiempo, casi seguramente escribirá cualquier texto dado”.
Y así se puso a escribir, junto a Riva Palacio, ADA-L, una bot creada en honor de Ada Lovelace, la matemática que desarrolló el algoritmo considerado como primer antecedente de la programación informática.
“Ya tenía ganas de escribir algo sobre ella, me parecía interesante como la tatarabuela de las computadoras y sus apuntes sobre la máquina analítica, su Medea simbólica”, dice la autora sobre el enigmático personaje, hija del poeta Lord Byron, fallecida hace 170 años.
“Empezando a excavar encontré algo fascinante”, detalla Riva Palacio: “Había en las redes esta leyenda urbana (acerca) de que (Lovelace) había escrito a los 12 años un tratado sobre el vuelo, que se llamaba Flyology, y siguiendo el hilo llegué hasta la Biblioteca Bodleiana en Oxford, donde las investigadoras me dijeron que nunca lo escribió, pero sí hay una carta para su mamá diciéndole, a los 12 o 13 años, que pensaba escribir un tratado sobre vuelo, y empezó a hablar de que quería construir un pegaso mecánico impulsado por vapor y que iba a ser experta en ello; no hubo libro, no hubo tratado, pero me tope con esta niña con una imaginación fascinante”.
El mono infinito, publicado por Libros UNAM dentro de la colección Hilo de Aracne, abreva también de las narrativas de Donna Haraway y Anna Tsing y la importancia de crear tiempos y espacios de refugio con el fin de poder habitar este “planeta herido”, añade la escritora, integrante del colectivo de arte y ciencia Cúmulo de Tesla.
Ganadora en 2011 del Premio de Literatura Infantil Barco de Vapor, en 2013 del Gran Angular de Literatura Juvenil y en 2014 del Hispanoamericano de Poesía para Niños otorgado por la Fundación para las Letras Mexicanas y el Fondo de Cultura Económica, la autora establece correspondencias entre su primera novela, Las sirenas sueñan con trilobites, y El mono infinito.
“Son las mismas obsesiones: los fósiles, el océano, el espacio; ha sido un proceso gradual. Creo que el punto de quiebre es Orfeo, donde empecé a buscar otras narrativas no tan lineales, en las cuales cada vez más el lenguaje científico se traslapa con el poético”.
Por su parte, Navarro, la ilustradora del nuevo volumen, define la obra como un libro peculiar “que requería soluciones peculiares”.
Para el proyecto, ella apostó por una narrativa visual que lo mismo remite a los videojuegos que a la naturaleza, con herramientas tanto digitales como manuales.
Es una obra en la que resuena, también, el humor, destacan ambas autoras.
“Fue permitirse a veces soltar el control y cuando te abres al accidente -lo cual se ha explorado en distintas épocas de la historia desde distintas disciplinas- y permites que entre el caos al proceso creativo, suceden cosas inesperadas”.
El libro, una propuesta de “literatura intermedial”, según definen sus editores, incluye además un ensayo sonoro compuesto en tres piezas, a partir de sonidos imaginados, incluso aleatorios, que se puede escuchar por medio de códigos QR.
El mono infinito se presentará el próximo 25 de junio, a las 16:00 horas, en el Salón de Colores de IBBY México, en Goya 54, Colonia Mixcoac.