(CNN) — Las esponjas de cocina albergan más bacterias que los cepillos de cocina, los cuales podrían ser una forma más higiénica de limpiar los platos, según investigadores de Noruega.
«La salmonela y otras bacterias crecen y sobreviven mejor en las esponjas que en los cepillos, la razón es que las esponjas de uso diario nunca se secan», dijo Trond Møretrø, científico investigador de Nofima, un instituto noruego de investigación alimentaria.
«Una sola esponja puede albergar un número mayor de bacterias que el de personas en la Tierra», afirma Møretrø, autor de un nuevo estudio, que se publicó en línea en la revista académica Journal of Applied Microbiology.
Aunque muchas bacterias no son perjudiciales, las que sí lo son, como la salmonela, pueden pasar de las esponjas a las manos, las superficies de la cocina y los equipos, y potencialmente enfermar a la gente, dijo.
«La esponja está húmeda y acumula residuos de comida que también son alimento para las bacterias, lo que provoca un rápido crecimiento de éstas».
Lo que más sorprendió a los investigadores sobre sus hallazgos fue que no importaba realmente cómo la gente limpiaba su esponja o con qué frecuencia.
«La forma en que los consumidores utilizaban sus esponjas no importaba mucho en cuanto al crecimiento de las bacterias. Es muy difícil que los consumidores eviten la proliferación de bacterias en las esponjas mientras no las cambien a diario», dijo Møretrø.
La investigación sobre las esponjas y cepillos usados se basa en un estudio de laboratorio publicado el año pasado por el mismo equipo de investigadores, que descubrió que las bacterias nocivas sobrevivían mejor en las esponjas que en los cepillos.
En Estados Unidos, el Departamento de Agricultura afirmó que el hecho de calentar en el microondas o hervir las esponjas de cocina puede reducir «parte de la carga bacteriana», aunque estas medidas por sí solas no son suficientes para garantizar que su esponja reduzca la contaminación cruzada. Lo aconsejable es comprar nuevas con frecuencia.
La investigación forma parte de un proyecto sobre seguridad alimentaria respaldado por la Unión Europea.
Esponja vs. cepillo
Los investigadores recopilaron esponjas de cocina de 20 personas residentes en Portugal y 35 cepillos y 14 esponjas de personas residentes en Noruega.
Una encuesta anterior realizada por el equipo de investigación a 9.966 personas reveló que las esponjas se utilizaban habitualmente para la limpieza de las cocinas en la mayoría de los 10 países europeos, mientras que los cepillos eran el utensilio de limpieza dominante en solo dos países: Noruega y Dinamarca.
Todas las esponjas se utilizaban para lavar la vajilla y fregar ollas y sartenes, y 19 de las 20 esponjas de Portugal se utilizaban de cinco a seis veces por semana o más. De los cepillos recogidos en Noruega, 32 de los 35 se utilizaban de cinco a seis veces por semana o más. Las esponjas recogidas en Noruega se utilizaban con menos frecuencia.
No se encontraron bacterias patógenas (que causan enfermedades) en los cepillos ni en las esponjas. Sin embargo, los niveles generales de bacterias eran menores en los cepillos usados que en las esponjas. Se encontraron tipos similares de bacterias no patógenas en los dos utensilios de limpieza.
Cuando los investigadores añadieron bacterias de la salmonela a los cepillos y a las esponjas, encontraron una reducción significativa del número de salmonela en los cepillos que se dejaron secar durante la noche. Pero no hubo ninguna reducción en los cepillos almacenados en una bolsa de plástico ni en las esponjas, independientemente de las condiciones de almacenamiento.
Los propietarios de las esponjas y los cepillos comentaron cuánto tiempo solían utilizar su esponja o cepillo y cómo mantenían limpios sus utensilios de limpieza: enjuagándolos con agua, lavándolos con agua y jabón, metiéndolos en el lavavajillas o desinfectándolos con cloro.
Sin embargo, ninguna de estas cosas supuso una diferencia tangible, algo que sorprendió a los investigadores. La principal conclusión del estudio fue que los cepillos, que se secan entre cada uso, tienen un menor número de bacterias.
«Como el cepillo se seca muy rápido, las bacterias dañinas mueren. Además, la mayoría de los cepillos tienen un mango que evita el contacto directo de las manos con posibles bacterias nocivas, a diferencia de las esponjas», dijo.
«Animo a los consumidores a que prueben un cepillo en su lugar la próxima vez que necesiten sustituir su esponja».
Qué hacer
Si bien los autores del estudio recomiendan las cerdas de un cepillo en lugar de una esponja, Cath Rees, profesora de microbiología de la Universidad de Nottingham que no participó en la investigación, dijo que seguiría utilizando una esponja para lavar los platos. Para ella, lo más importante es que es una buena idea secar las esponjas y los paños entre cada uso.
«La principal conclusión es que no encontraron ninguna evidencia de bacterias patógenas en las esponjas o cepillos tomados de una serie de entornos domésticos y, por lo tanto, no hay pruebas de que estos artículos sean una fuente significativa de contaminación en entornos domésticos normales», dijo Rees.
«Si quedaran algunos niveles bajos de patógenos en el paño, crecerían muy lentamente (crecen óptimamente a la temperatura del cuerpo), por lo que no se esperaría ver un gran crecimiento de los mismos, y esto coincidió con sus resultados: en condiciones de humedad hubo un crecimiento limitado, en condiciones de secado las cifras se mantuvieron igual o disminuyeron», explicó.
Markus Egert, microbiólogo de la Universidad de Furtwangen, Alemania, que ha realizado investigaciones similares, dijo que ya utilizaba cepillos para lavar los platos y que los limpia en el lavavajillas. Si la gente prefiere una esponja, Egert, que no participó en este estudio, recomendó utilizar una nueva cada dos o tres semanas.
«Los cepillos son la mejor opción para limpiar los platos, desde el punto de vista higiénico. Esto podría haberse anticipado antes, pero los autores lo demuestran con algunos buenos experimentos. Sin embargo, según mi experiencia, a la gente le encanta usar esponjas».