Terremotos en las estrellas similares a los que ocurren en la Tierra, y cómo es el ADN estelar.
BBC News/Mundo
Estas son algunas de las revelaciones que se desprenden del nuevo y más detallado mapa de la Vía Láctea creado a partir de las observaciones de la sonda Gaia, de la Agencia Espacial Europea.
Esta es la tercera entrega de información de la misión de la ESA, lanzada en 2013, cuyo objetivo es crear el mapa más completo y multidimensional de nuestra galaxia.
Las observaciones (realizadas entre 2014 y 2017) cubren cerca de 2.000 millones de estrellas, que representan cerca del 1% del total de la Vía Láctea.
Observaciones anteriores de la sonda robótica habían mostrado con lujo de detalles el movimiento de las estrellas.
Ahora, los nuevos datos añaden detalles sobre su composición química, su temperatura, colores, masas y edades, así como la velocidad a la que se acercan y alejan de nosotros.
Estas medidas revelan miles de terremotos estelares (o «estrellamotos») que son como tsunamis cataclísmicos en su superficie.
Estos inesperados eventos brindan valiosa información sobre el funcionamiento interno de estos astros, lo que contribuirá a comprender mejor tanto el origen y la evolución, así como también el pasado y la estructura de nuestra galaxia.
«Los estrellamotos nos enseñan mucho sobre las estrellas, sobre todo sobre su funcionamiento interno», explica Conny Aerts, investigadora del proyecto de la Universidad KU Leuven, en Bélgica.
«Gaia inaugura una mina de oro para la asterosismología de estrellas masivas», añade la científica.
ADN estelar
En cuanto a la composición de las estrellas -algo que puede aportar información sobre su lugar de nacimiento y su posterior recorrido, y por ende sobre la historia de la Vía Láctea-, los datos recogidos por Gaia nos permite entender qué contienen.
Algunas, por ejemplo, tienen más metales pesados que otras.
«Algunas estrellas en nuestra galaxia están compuestas de material primordial y otras, como nuestro Sol, contienen materia enriquecida de generaciones anteriores de estrellas», explica el comunicado de la ESA.
Y añade que los astros más cercanos al centro de nuestra galaxia son más ricos en metales que los que están más lejos.
Por otra parte, Gaia también logró identificar estrellas que provenían originalmente de galaxias distintas a la nuestra, gracias al análisis de su composición química.
La misión continuará recogiendo datos de estrellas y otros objetos dentro y fuera del sistema solar y de más allá de nuestra galaxia hasta 2025.