Los operativos de las Fuerzas Armadas contra el gaschicol en Puebla provocaron la reducción del robo de gas LP en algunos municipios, pero aumentó en otros, establecen cifras oficiales de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Las autoridades ubicaron en 2020 a los municipios poblanos de Tepeaca, San Martín Texmelucan y Los Reyes de Juárez como el epicentro de esta actividad, ya que juntos sumaron mil 49 tomas clandestinas de gas LP detectadas.
En 2021, esos mismos municipios sumaron 668 tomas halladas, una reducción del 36 por ciento, derivado de los operativos de militares con drones y los recorridos preventivos en los gasoductos para inhibir el robo de ese combustible.
Sin embargo, esas acciones ocasionaron que los grupos de la delincuencia atomizaran los piquetes en otros tramos del gasoducto Cactus-Guadalajara, ya sea en Puebla o en entidades colindantes como el Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala y Veracruz.
Pemex identificó que 15 municipios de esos estados sumaron 404 piquetes en 2020. En esas mismas demarcaciones, en 2021 ya se reportaban mil 64 tomas clandestinas, es decir, un aumento del 163 por ciento.
En ese listado figura el municipio poblano de Tlahuapan, ubicado a unos 61 kilómetros de la capital rumbo a Río Frío, fronterizo con el Estado de México y Tlaxcala.
En ese apacible municipio, Pemex detectó 16 tomas clandestinas en sus ductos en 2020, cifra que se elevó en un 581 por ciento en un año, al pasar a 109 piquetes en 2021, tema que preocupó a Seguridad Física y a las Fuerzas Armadas.
Tres municipios de Tlaxcala también reportaron alzas significativas: Calpulalpan, donde los piquetes aumentaron en el mismo periodo en un 225 por ciento, al pasar de 43 a 140 tomas ilegales; Nativitas, con un incremento del 118 por ciento, al pasar de 32 a 70 piquetes, y Nanacamilpa, con una alza del 108 por ciento, al registrar 25 tomas clandestinas en 2020 y 52 en 2021.
En Veracruz, se prendieron las alertas en José Azueta, ubicado a unos 206 kilómetros del puerto, hacia Tuxtepec, y en José Rodríguez Clara, un municipio donde lo más común era el robo de gasolina y diésel.
En el primer municipio, el gaschicol pasó de cero tomas clandestinas en 2020 a 66 en 2021, mientras que en el segundo, ese delito subió en un mil 300 por ciento, al pasar de 2 a 28 en el mismo periodo.
En lo que se refiere al Edomex, la alertas están en San Matías Cuijingo, donde el fenómeno pasó de 85 a 142 tomas clandestinas, en Acatzingo de 94 a 120, en Tepetlaoxtoc de 56 a 105, en Sonaniquilpan de 5 a 37 y en Nextlalpan de 27 a 74.
En esta entidad se atribuye el robo de gas LP a células de La Familia Michoacana y otros grupos locales que supuestamente tiene el respaldo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En Hidalgo, el foco rojo se centra en Tepeji del Río, donde el robo de gas LP en gasoducto subió en un 205 por ciento al pasar de 17 a 52 piquetes.