Como protagonista de la telenovela Mujer de Nadie, Livia Brito ha representado una realidad que le duele: la violencia de género y la impunidad que impera en México.
«Tuve una escena donde lloraba frente a un juez y le decía: ‘¡Abusaron de mí, por favor ayúdeme, le estoy contando la verdad, necesito que la justicia me escuche!'», recordó la actriz durante la presentación.
«Muchísimas de las escenas que estoy representando las he visto en muchísimas noticias, son cosas que compañeras de trabajo o amistades me han contado. No es sólo desgastante hacerlo en una actuación, sino verlo en la vida real. Es muy triste».
El melodrama, que estrena este lunes a las 21:30 horas por Las Estrellas, cuenta la historia de Lucía (Brito), quien sueña con ir a la universidad, pero por su belleza será moneda de cambio.
Hombres de su pueblo, sin escrúpulos, le mienten, la embaucan y hasta traman cómo abusar sexualmente de ella, a lo que también contribuye la ambición de su madrastra, Isaura (Cynthia Klitbo).
«Lucía representa a todas aquellas mujeres que luchan porque han sido lastimadas, sobajadas y que aún así han peleado por salir adelante basándose en su fuerza para poder sobrevivir. Este es el corazón de nuestra historia.
«La mujer de hoy demuestra su fuerza y capacidades amándose, por eso está contribuyendo y peleando contra la violencia que vivimos todos los días», afirmó la productora Giselle González.
Fernando (Marcus Ornellas) será de los pocos aliados de Lucía, mientras que Arap Bethke, como antagónico, dará vida a Alfredo, una prueba de que el peor enemigo suele ser alguien cercano.
Al reversionar la historia, la productora se enfocó también en dar peso a los demás personajes, pues cree que estos le permiten abordar otras temáticas.
«(Incorporé) las historias de la cotidianidad, las historias de la familia, lo que sufrimos, por lo que nos identificamos, por lo que luchamos.
«Es muy importante tener un melodrama actual con el cual el público se puede identificar, contando historias de mujeres para mujeres, pero involucrando a todos los miembros de la familia. En todas las familias se vive un melodrama», consideró González.