ROMA (EUROPA PRESS) -El Papa Francisco advirtió que en el mundo «se ha declarado la tercera guerra mundial» y pidió no reducir la complejidad de la guerra en Ucrania al patrón de «buenos y malos» aunque atacó la «ferocidad» de las tropas rusas.
«Lo que está ocurriendo ahora en Ucrania lo vemos así porque está más cerca de nosotros y toca más nuestra sensibilidad. Pero hay otros países lejanos –piensen en algunas partes de África, el norte de Nigeria, el norte del Congo– donde la guerra sigue y a nadie le importa. Piensen en Ruanda hace 25 años. Piensen en Myanmar y en los rohingya. El mundo está en guerra. Hace unos años se me ocurrió decir que estamos viviendo la tercera guerra mundial a pedazos. Para mí, hoy se ha declarado la tercera guerra mundial», señaló.
Así se pronunció el Pontífice en un encuentro con los directores de las revistas culturales europeas de la Compañía de Jesús, reunidos en audiencia en la biblioteca privada del Palacio Apostólico.
En concreto, sobre la guerra en Ucrania, el Papa invitó a alejarse del patrón normal de ‘La Caperucita Roja’ donde la protagonista era buena y el lobo, malo. «Aquí no hay buenos y malos metafísicos, de forma abstracta. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados», ha avisado.
En todo caso, denunció «la brutalidad y la ferocidad» con la que esta guerra está siendo librada «por las tropas, generalmente mercenarias, utilizadas por los rusos».
Además, el Papa sugirió que la guerra en Ucrania «quizás fue de alguna manera provocada o no evitada». «Noten el interés en el testeo y venta de armas. Es muy triste, pero al final es lo que está en juego», explicó.
Si bien, aclaró que él no está a favor de Putin sino «en contra de reducir la complejidad a la distinción entre buenos y malos, sin razonar sobre las raíces e intereses, que son muy complejos». «Mientras vemos la ferocidad, la crueldad de las tropas rusas, no debemos olvidar los problemas para tratar de resolverlos», abundó.
Además, destacó la «valentía» y el «heroísmo» del pueblo ucraniano. «Los rusos pensaron que todo acabaría en una semana. Pero calcularon mal. Encontraron un pueblo valiente, un pueblo que lucha por sobrevivir», subrayó.