Fabiola Sánchez
Miles de historias con un solo objetivo; venezolanos, cubanos, haitianos, colombianos, hondureños y guatemaltecos, son personas que huyen de su país de origen en busca de una mejor calidad de vida para su familia, dejando huella y marcando en su vida una historia en su paso por el territorio coahuilense.
Miles de migrantes han logrado ya cruzar por la Región Centro del Estado y en su trayecto, LA PRENSA DE COAHUILA ha tenido la oportunidad de recaudar diferentes historias, todas estas coincidiendo en sufrimiento y en el mismo sueño.
Han cruzado ya cinco países para lograr llegar a México, y a un paso de lograr su objetivo, la situación se vuelve cada vez más complicada, pero a pesar del sufrimiento, cansancio y dolor que trae cada migrante, no se dan por vencidos y continúan su camino.
Colombianos han narrado parte de su trayectoria donde se vieron obligados a atravesar la selva de Panamá, así como también se enfrentaron a los peligrosos cárteles de el Salvador y Guatemala, para posteriormente iniciar su calvario ingresando al territorio mexicano.
Al igual que estos indocumentados, en el país se han refugiado miles de personas, quienes por razones de economía y seguridad han salido huyendo de su territorio, en busca de una mejor vida para su familia.
Madres solteras han compartido la difícil situación a la que se han enfrentado para salvaguardar la integridad de sus hijos, buscando de alguna u otra manera hacer menos pesado su trayectoria ante la inocencia de los menores.
“Tenemos que amarrar a nuestro lado a nuestros hijos en la noche o cuando vamos en caravana grande, porque no podemos exponernos a perderlos”, comentó una madre cubana.
“Como mujeres hemos soportado tantas cosas, vimos cómo una joven se desangró en Chiapas y perdió a su bebé, tenía tres meses de embarazo, ningún médico la atendió; mi niño desde que salimos de Nuevo León tiene dolor de estómago y diarrea, ahorita ya está más flaquito”.
Estas son palabras desgarradoras que han sido comentadas por las madres de familia quienes viajan en busca del sueño americano y pese al cansancio y sufrimiento no se detienen ya que están conscientes que el permiso otorgado por el Instituto Nacional de Migración, es provisional y una vez concluido corren el riesgo de ser deportados a su país de origen.
Durante su largo recorrido, los migrantes han logrado formarse en grupos y entre ellos seleccionan a uno como encargado, quien se mantiene al pendiente de todos, guía e indica el camino que van a tomar, además se mantienen en constante comunicación con otros grupos para compartirse información de su recorrido, quienes van más adelante.
“Tenemos la esperanza de cruzar el río, ya muchos hermanos lo hicieron, pero también tenemos el temor de no lograrlo, porque sabemos que muchos se han quedado en el intento”, esto lo comentó un líder de un grupo de migrantes que cruzaron por la Región Centro.