Según le informó a la BBC un funcionario del Talibán, el gobierno pidió ayuda internacional para las labores de rescate, que se han visto entorpecidas por fuertes lluvias y granizo.
Se desconoce el número de personas atrapadas bajo los escombros.
Imágenes de medios locales mostraban numerosos muertos y heridos en las calles y hospitales, deslizamientos de tierra y casas construidas con barro en ruinas en la provincia de Paktika, la más afectada.El sismo tuvo su epicentro a unos 44 kilómetros de la ciudad de Jost y ocurrió poco después de la 01:30 hora local (21:00 GMT del martes) mientras muchas personas dormían.
El líder talibán Hibatullah Akhundzada señaló que cientos de viviendas habían quedado destruidas y que esperaban que el número de víctimas aumentase.
Es el terremoto más mortal que se produce en Afganistán en dos décadas y es un gran desafío para el Talibán, el movimiento islamista que recuperó el poder el año pasado después del colapso del gobierno respaldado por Occidente.
«En cada calle por la que vas escuchas a la gente lamentando la muerte de sus seres queridos. Las casas están en ruinas», le dijo a la BBC un periodista local.
El temblor se sintió a más de 500 kilómetros de distancia en otras regiones de Afganistán, Pakistán e India, según el Centro Sismológico Europeo del Mediterráneo.
El centro dijo que testigos informaron haber sentido el sismo en la capital de Afganistán, Kabul, así como en la de Pakistán, Islamabad.
Naciones Unidas y agencias de ayuda en el vecino Pakistán informaron que están apoyando el esfuerzo humanitario, que incluye el despliegue de equipos y suministros médicos.
Abdul Qahar Balkhi, un alto funcionario talibán, reconoció a la BBC que debido a las sanciones que enfrenta su gobierno, «financieramente es incapaz de ayudar a la gente en la medida en que se necesita». «Las agencias internacionales están ayudando, los países vecinos y del mundo han ofrecido su asistencia, que apreciamos y agradecemos. Pero la asistencia debe ampliarse en gran medida porque este es un terremoto devastador que no se ha experimentado en décadas», dijo.