CIUDAD DE MÉXICO.- El abogado Jesús Hernández Alcocer disparó, en tres ocasiones, y asesinó a su esposa al interior del restaurante «Suntory», en la colonia Del Valle, en la alcaldía Benito Juárez; fue detenido por elementos de la policía capitalina cuando intentaba huir.
De acuerdo con los reportes, el feminicidio se originó por una supuesta discusión dentro del negocio ubicado en la calle Torres Adalid esquina con la avenida Magdalena. El sujeto de 79 años de edad sacó un arma de fuego y disparó en tres ocasiones contra la víctima, cuyo cuerpo quedó al interior del restaurante frente a los comensales.
Los hechos ocurrieron cuando los efectivos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), adscritos al programa Blindar BJ, realizaban rondines en la zona, por lo que fueron alertados por los comensales. Paramédicos acudieron al lugar y diagnosticaron a la mujer sin signos vitales.
El detenido fue identificado como esposo de la mujer.
Elementos de la PBI lo trasladaron ante el agente del Ministerio Público en la Fiscalía de Feminicidios donde se definirá su situación jurídica y realizará las investigaciones del caso.
Además, en el lugar fue detenido otro hombre de 46 años, identificado como escolta y chofer de Hernández Alcocer.
Por su parte, el secretario de Seguridad Ciudadana (SSC), Omar García Harfuch, confirmó a través de su cuenta de Twitter la detención de dos hombres: «El presunto responsable de herir a su esposa y el chofer que iba con él», escribió.
‘Negociaba con su pistola en la mesa’
CIUDAD DE MÉXICO.-Jesús Hernández Alcocer, el abogado que ultimó a sus esposa la noche del jueves en la Colonia Del Valle, ofreció durante años sus servicios legales y negoció varios litigios sin contar con título de abogado, pero con un objeto que lo hacía persuasivo ante cualquiera: una pistola escuadra calibre .380, chapada en oro.
Según el registro de su cédula profesional, apenas en 2017 el presunto homicida se tituló como licenciado en derecho por la Universidad del Distrito Federal, aunque para entonces ya tenía 74 años de edad y llevaba décadas implicado en la gestión de asuntos jurídicos.
«Cuando ibas a una junta con él, para tratar de arreglar un asunto, lo primero que hacía este señor era poner su pistola en la mesa, en lugar de su cédula profesional. Te intimidaba, por eso era temido como un gángster con sus tirantes y su pistola», recuerda un reconocido abogado que pidió no revelar su identidad.
Según personas que lo conocen se ostenta como amigo de generales del Ejército como Audomaro Martínez, jefe del Centro Nacional de Inteligencia, y magistrados como Rafael Guerra Álvarez, presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
Anoche Hernández estaba a la espera de que la Fiscalía capitalina decidiera trasladarlo ante un juez, para imputarlo por el homicidio de su esposa, la cantante Yrma Lydya.
El arma que Hernández usó no fue hallada por los policías la noche del jueves, aseguraron fuentes de la Policía.
Refirieron que, aunque sí fue decomisada una, no se trataba de la utilizada para cometer el feminicidio, por lo que las diligencias para su localización se mantenían ayer, incluso en el domicilio del abogado, en Jardines del Pedregal.
