La línea del Mazda 3 sedán se encuentra finalmente completa, y con la versión Signature ahora sí los amantes de la marca tienen suficientes «bragging rights» para debatir en prácticamente cualquier nivel de sedanes medianos.
Hay una diferencia clara entre esta versión y todos los demás del Mazda 3 sedán: su motorización. En lugar de un motor de aspiración natural, tiene un turbo. La potencia sube de 186 caballos hasta 227 y el torque o par de 186 lb-pie hasta ¡310!.
Lo primero que destaca es que el motor es potente y de un gran par. Con su alto desplazamiento (2.5 litros) es el más grande entre las alternativas. Es un motor compuesto, casi dócil en su entrega de potencia. Gradual y hasta lineal en la respuesta al acelerador, algo que no se espera en un turbo de cuatro cilindros.
Además, es un coche de tracción integral. Seguramente esto le ayuda a mantener la compostura del motor, pues es difícil caer en deslizamiento por exceso de potencia, lo que hace que no se desboquen las revoluciones como sí puede suceder en una tracción delantera.
La tracción integral realiza un gran trabajo pasando la potencia al piso, incluso en pavimento mojado, en donde siempre hay que recordar que, aunque acelere mejor que un coche de tracción sencilla, el frenado es exactamente igual.
Se puede andar muy rápido en este coche pero no hay mucho drama. Es un vehículo maduro, más un turismo que un deportivo, y esto es muy agradable si se usa diariamente. Queda claro que no se trata de un hot-hatch con cajuela y eso hay que agradecerlo.
Mazda siempre ha tenido una orientación deportiva en sus vehículos, y esto se mantiene en la versión Signature, pero sin exageraciones. Ese balance entre comodidad y desempeño está bien cuidado; no hay castigos severos por no sacarle la vuelta a las imperfecciones del pavimento. Incluso, hay recorridos en donde no vas cuidando las llantas y rines todo el tiempo, algo que no siempre sucede en este segmento.
El equipamiento es razonable, no es el más equipado y algo de seguridad activa sería una buena adición, pero seguramente alteraría lo competitivo de su precio.
En cuanto a las deficiencias, no es ni el de más alto desempeño ni el de mejor rendimiento de combustible. Pero es quizá el sedán deportivo mejor balanceado del mercado.
Otras opciones:
VOLKSWAGEN JETTA GLI
– Motor: 2.0 litros TSI
– Potencia: 230 hp
– Torque: 258 lb-pie
– Rend. Comb.: 17 km/l
– Precio: $598,990
KIA FORTE GT
– Motor: 1.6 litros Turbo
– Potencia: 201 hp
– Torque: 195 lb-pie
– Rend. Comb.: 17.07 km/l
– Precio: $508,900