A la falta de consolas de Sony PlayStation 5 y Microsoft Xbox Series X/S ahora se suma la reducción en el suministro de controles en una crisis que no parece terminar para los videojuegos.
Excelsior
Dos años han pasado desde que las consolas de videojuegos de nueva generación de Sony y Microsoft salieron al mercado, pero la pandemia por covid-19 se convirtió en su principal rival con efectos que aún no logran superar, y por ahora se ve difícil conseguirlo.
A la crisis de semiconductores se suma ahora una nueva víctima: los controles para la Microsoft Xbox, con algunas regiones del mundo informado de escases de estos periféricos, unos de los más demandados por los clientes.
Europa ha sido la primera zona en sufrir de esto con falta de controles en las principales distribuidoras, un problema que incluso se presentó en la tienda oficial de Microsoft Xbox.
“Puede ser difícil encontrar controles inalámbricos Xbox en este momento debido a las interrupciones del suministro. Estamos trabajando lo más rápido posible con nuestros socios minoristas y de fabricación para mejorar esto”, dijo la empresa en un comunicado.
Los controles no solo han escaseado por los semiconductores, sino también por la falta de contenedores a nivel mundial, una crisis que ha afectado a diversas industrias y elevando los precios.
La solución momentánea es comprar periféricos de otros fabricantes con licencia o permiso, avalados por la firma propietaria de Xbox. Algunos de estos resultan más económicos, pero carecen de conectividad inalámbrica. Otras compañías como los conocidos controles Scuf resultan más costosos que los oficiales, pero una solución ante la escases.
La situación es distinta para los periféricos de su rival, Sony Playstation, existentes en este momento, pero no así con las consolas.
PlayStation 5 y Xbox Series X, aún con falta de stock
Mientras que en México es posible encontrar lotes de Sony PlayStation 5 en centros comerciales y Xbox Series S, la versión digital de la consola de Microsoft, aún hay falta de consolas Series X, pero no al nivel de Europa o Estados Unidos donde la demanda es mayor.
Encontrar la última consola de la Microsoft en México con lector de disco puede llevar a encontrar revendedores con un sobreprecio de dos a tres mil pesos. En tiendas departamentales existen preventas con tiempos de espera de semanas.
El director financiero de Microsoft Xbox, Tim Stuart, dijo a mediados de junio en una llamada con la empresa de servicios financieros Baird que la crisis de semiconductores y la escases se mantendrá en el 2022, posiblemente incluso llegando a la época navideña, una de las de mejores ventas para la industria.
“El entorno de la cadena de suministro podría seguir siendo difícil hasta 2022 y la temporada de vacaciones”, informó el directivo de la empresa.
Este panorama ha sido considera más fuerte desde Intel. En mayo, el consejero delegado Pat Gelsinger expresó preocupación porque los problemas de las cadenas de suministro, desde la creación de las piezas hasta la distribución final al cliente, lleve a un problema que no se resolverá hasta el 2024.
Hasta ahora, Sony se ha acercado a las 20 millones de unidades del famoso PS5 hasta mediados de 2022, pero la cifra es menor respecto a los más de 117 millones que colocaron de su PlayStation 4. Una cifra similar a la de la nueva consola de la marca japonesa es la que ostenta Microsoft con sus versiones Xbox Series X y S, esta última únicamente digital y que se ha convertido en la opción para muchos video jugadores ante la falta de stock de la versión más equipada.
Las cifras resultan críticas para la industria porque son menores a las que consiguieron las consolas de antigua generación en sus primeros tres años. Esta situación sumada a la falta de televisores con HDMI 2.1 en la mayoría de los hogares, necesario para explotar la totalidad de los gráficos, han impedido que las ya no tan nuevas PlayStation 5 y Xbox Series X/S obtengan el éxito esperado.
La situación ha influido en el retraso de algunos títulos buscando postergarlos para el momento en que, al salir, puedan ser comprados por una gran cantidad de videojugadores, pero eso no sucederá hasta que el stock de consolas se encuentre estabilizado.